domingo, 28 de noviembre de 2010

últimas notas de recuperatorios.


Hola a la gente de Marcos Paz!
Aquí van las notas!!!
Aprobados: Meza Valeria,Rotondaro, Salas Alicia, Pastorino, Acuña Valeria, Pajon yanina,Ruiz Díaz Verónica, López Pamela.
Desaprobados: Parodi Elizabeth,Romero Marina,Coria Thelma, Roleri laura,Gimena Fernández,Ana Laura Perez.
Les pido por favor a todos los que se presenten a examenes finales que lean muy bien la teoría, todos los autores, es fundamental para aprobar el área .Saludos Claudia.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

IMPORTANTE!!!

Hola a todos por favor leer muy bien esta información!!!
Este jueves 25 de Noviembre tomaré una nueva instancia de recuperatorio en Las Heras a las 6 en sede y tipo 7 en la Escuela Nº1.
El viernes a partir de 6,30 haré lo mismo para la gente de Marcos Paz.
¿Quienes pueden dar?
...Sólo podran dar aquellos que les quede aún desaprobado un solo cuatrimestre!
Por favor les pido a todos los que se presenten a final que estudien la teoría, los autores vistos durante el año.
Saludos Claudia.

Notas de Recuperatorios

Desaprobados: 2º Inicial (Marcos Paz)Pastorino,Ruiz Díaz Verónica, Gómez Carla,Meza Valeria,Zarza Noelia,Pajon Yanina, Lopez Pamela,Fernandez Gimena, Coria Thelma.
Aprobados: Perez Ana,Capineri.
Desaprobados: 2º Especial (Marcos Paz)Artaza.
Aprobados: Lovos,Gonzalez Daiana, Díaz Soledad, Perez Mercedes, Nelson Gómez, Ruiz Díaz Marïa,Díaz Marta, Nora Ruiz, Ríos Brenda.
Desaprobados 3º Primaria (Marcos Paz): Acuña Valeria.
Aprobados:Rivero, Galvan,Cano, Barrios, Romero, Insfran,Maurandi.
Aprobados 2º Especial (Las Heras): Burela, Frugotti, CRoci, Torres, Larronde.
Desaprobados: Mercedes Bogarin.
Aprobados 3º Inicial (Las Heras)Zalazar.
Desaprobados: Arregui Daiana, Pecoche, Sánchez Rocío, Rocío González.
Aprobados:2º Primaria (Las Heras) Valentini, Beus, Grecco.
Saludos Claudia

lunes, 22 de noviembre de 2010

TALLER DE LITERATURA INFANTIL

A LAS ALUMNAS DE 3º DE INICIAL QUE ME ENTREGARON LAS CARPETAS, POR FAVOR, PASEN A BUSCARLAS EL MIERCOLES 24/11 A LAS 18 HS. POR EL INSTITUTO.
VELAZQUEZ
VELAZQUEZ
GONZALEZ

Por favor avisenles a estas chicas si tienen la posibilidad , ya que no tengo otra forma de comunicarme con ellas.
Gracias
Analía

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Notas del 2° parcial Inicial.

Finalmente aca van las notas para ustedes:
Aprobados: Albornoz, Zarza, Ruiz Díaz Verónica,Díaz yésica, Caballero, Rojas, Fernández Laura, Pajón, Guzmán, Bertocci, Montenegro, Ruiz, Pastorino, Unrrein, Antunez, Chavaza, Roleri, Fernández Edith, González Romina.
Deberan Recuperar: García, Coronel, Meza, Cuello, Perez Ana, Ledesma lorena, Jesica Montero, Coria Thelma, Gómez carla, López Pamela.
Saludos Claudia

domingo, 14 de noviembre de 2010

Notas Parciales de 2º Especial Las Heras

Aca van las notas de 2º de Especial de Las Heras:
AprobadosChamorro, Caminiti, Ventrice,Rojas, Chiappa, Cuello.
Deberan volver a recuperar:Burela, Bogarin.
Saludos Claudia

Notas de 2ª Parcial


Aca van las notas de 3º de Inicial (Las Heras)
AprobadosBaez, Arruabarrena, Flores, Odera, Salvarezza, Maldonado, Larraza, Budiño, Pajón, Becerra y Arrieta.
Deberan volver a darlo: Velázquez Jesica, Velázquez Patricia, Sanchez Rocío, Arregui Daiana, Pecoche, Villagra Melisa.
Saludos!!!

Notas de parciales

Como veran hoy tendran sus Notas!!!
2º de Primaria (Las Heras)
Aprobaron; Gonzalez Noelia,Martinez,Corletta, Fortunatto, Gonzalez Mónica.
Tienen que volver a darlo: Soledad Grecco.
CHICAS ESTUVIERON MUY FLOJITOS, POR FAVOR LEAN MÁS TEORÍA PARA EL FINAL!!!!
Claudia

Notas de parciales


Lo esperado!!!
2º año de Especial (Marcos Paz)
Aprobados: Lovos, Ovejero, Parodi, Panessi, Lipoveztky, Grenillon, Grondi, Ricartes, Ortiz, Nancy Rodríguez.

Deberan volver a darlo: Gómez Nelson, Ruiz Díaz María, Artaza, Ruiz Nora.

3º De Primaria (Marcos Paz)
Aprobados: Insfran,Benítez Rocío, Albornoz, Carreira,Serra,Acosta yésica, Ruffino, Rodriguez Adriana,Salas, Lavagna, Sandoval, Galván, Benítez Ivana.
Si alguien falta me lo comunican por este espacio.
Saludos Claudia

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Notas Examenes!

A todos tranquilidad! no subí las notas porque no termine de corregir todo.
A mis alumnos de Las Heras les cuento mañana no voy por el paro y en cuanto pueda subo las notas. El recuperatorio es el jueves próximo.
En cuanto a Marcos Paz, las chicas de Inicial dan este viernes y el resto si tiene que dar recuperatorio será la próxima semana.Esta semana lleven el texto Lenguajes en plural que quedó pendiente.
En cuanto pueda subo todas las notas, cualquier cosa me preguntan por este espacio.
Disculpen y saludos para todos.
Claudia

sábado, 30 de octubre de 2010

Lenguajes en plural

http://www.me.gov.ar/monitor/nro13/dossier1.htm
http://www.me.gov.ar/monitor/nro13/dossier2.htm
En estos link encontraran los textos que trabajamos en la última clase de la revista "El Monitor".
Recuerden que también están en la fotocopiadoras.
Es importante que los lean son una muy buena síntesis de los que hemos trabajo durante el año.
Cualquier duda usen este medio para sus consultas.
Saludos Claudia

RADIO EN VIVO EN EL INSTITUTO



Esta es una invitación para todas mis alumnas del Instituto Superior de todas las carreras.
El lunes 1º de Noviembre, en el sum del Instittuto en la sede de Las Heras, junto con la profesora Roxana Grisaro y los alumnos de la carrera de Lengua y Literatura, realizaremos una experiencia de radio en vivo con la gente de "Las Heras que no miramos", el taller de radio del cual participan personas con capacidades diferentes.
La idea es que todos los que asistan puedan llevarse herramientas prácticas para poder trabajar haciendo radio con los alumnos en el aula.
El horario a partir de las 18 hrs. Durará aproximadamente dos horas.
QUEDAN TODOS INVITADOS!!!
Profesora Claudia Grunbaum

viernes, 29 de octubre de 2010

Se vienen los parciales!!!


Hola Chicas! tranquilidad pero...a estudiar! re programe algunas fechas de examenes aqui van las "definitivas":
Las Heras
2º Parcial del año JUEVES 4 DE NOVIEMBRE
Alumnos de 2º de Especial, 2º de Primaria y 3º de Inicial

Marcos Paz
2º Parcial del año VIERNES 5 DE NOVIEMBRE
Alumnos de 3º de Primaria, 2º de Especial y 2º de Inicial

RECUPERATORIO 1º y 2º Parcial
Las Heras JUEVES 11 DE NOVIEMBRE
Marcos Paz VIERNES 12 DE NOVIEMBRE

Los casos que necesitaran una fecha más los vemos en su momento.
Gracias y saludos Claudia

viernes, 3 de septiembre de 2010

Nueva Ley de Medios!


Hola a todos!
Los quiero invitar a que vengan mañana, sábado 4 de septiembre a las 19, 30 hrs. a presenciar una charla que darán los periodistas Orlando Barone y Hugo Presman, sobre Nueva Ley de Medios.
Es interesante que nos informemos, que seamos crìticos y analíticos frente a los medios para poder utilizarnos responsablemente en el aula y también en nuestras vidas cotidianas.
Los espero para poder luego seguir reflexionando en el aula.
Saludos Claudia

lunes, 30 de agosto de 2010

El nuevo texto de Barbero para alumnos de 3º año


Ensanchando Territorios
Comunicación/Cultura/Educación

Por Jesús Martín Barbero

(en Revista Nodos de Comunicación/Educación, N° 1, La Plata, septiembre de 2002)

El título de esta ponencia se lo debo a Jorge Huergo quien, en un reciente libro(1), se ha puesto en la tarea de ensanchar el territorio ubicando el campo de la comunicación-educación en la historia de las tradiciones pedagógicas latinoamericanas, tanto de las culturales y sus peculiares modelos de escolarización, como de las inscritas en las arquitecturas escolares con sus dispositivos de proxemia y de escenificación del poder, de disciplina y autoridad.
Ensanchando esos territorios quiero relevar dos que me parecen estratégicos hoy : el de los des-órdenes que atraviesa el saber y el de la reconfiguración de la política por la ciudadanía. Si uso la categoría foucaultiana de saber en lugar de la de conocimiento es porque ella me permite moverme de una manera mucho menos pretenciosa y más libre en la gama que va desde la información en sus múltiples modalidades hasta el conocimiento científico. Expongo en primer lugar tres desórdenes en el saber, tres fuentes de desordenamiento de los mapas del saber, que están afectando tanto a la estructura de la escuela como a la identidad de los intelectuales. Manuel Castell nos ubica de lleno en ese des-orden cuando afirma que el saber se halla hoy más estrechamente ligado que nunca a la producción, pues no se trata sólo de su convertirse en el insumo más costoso sino de ponernos ante un nuevo modo de producir que proviene de su asociación a un nuevo modo de comunicar haciendo del conocimiento una fuerza productiva directa. Lo que ha cambiado "no es el tipo de actividades en que participa la humanidad sino su capacidad tecnológica de utilizar como fuerza productiva lo que distingue a nuestra especie como rareza biológica: esto es, su capacidad de procesar símbolos"(2). Una de las más polémicas expresiones de esto es la reconfiguración que, según buena parte de la sociología del "Norte", atraviesa la figura del intelectual en su aproximación a la del experto a través del surgimiento del analista simbólico. Que puede ser tanto un diseñador industrial como un filósofo, pues es aquel que trabaja en el procesamiento de símbolos que son o pueden ser asumidos socialmente como fuerza productiva. Las contradiciones que esto genera han sido poco analizadas entre nosotros, y uno de esos pocos, J. Joaquín Brunner, resume así la cuestión: "Los profesionales a quienes tradicionalmente hemos llamado investigadores sociales forman parte -por lo menos un sector de ellos- de la emergente categoría de los analistas simbólicos. Su antiguo rol, la producción de conocimientos para ser usados por terceros, está cambiando rápidamente. La investigación como tal -vale decir, como operación metódica destinada a descubrir conocimientos y ponerlos en circulación para que otros agentes los empleen y apliquen en las decisiones- pasa a integrarse como un componente más dentro de una noción de servicio que, sin embargo, la desborda por todos lados. En efecto hoy se espera, y el mercado demanda, investigadores en disposición de producir, usar y aplicar conocimientos para la identificación, resolución y arbitraje de problemas (..) ¿Es posible que la investigación social, entendida como actividad de analistas simbólicos en un mercado de servicios, retenga la dosis de capacidad crítica que su tradición reclama como uno de sus mayores logros? Parece haber llegado el momento en que el conocimiento deja de ser el dominio exclusivo de los intelectuales y sus herederos más especializados -investigadores y tecnócratas- para convertirse en un medio común a través del cual las sociedades se organizan y cambian"(3).
A partir de esa reubicación tanto social como económica del saber, voy a dibujar tres ámbitos de desorden, de turbulencia y descentramientos. El primero es el que proviene de la reflexión de los sociólogos-filósofos, que inauguraran Max Weber y G. Simmel y que ahora encarnan un A. Giddens, U. Beck o Z. Bauman. Ellos están planteando que la modernidad ha llegado a un punto en el cual su propia figura de razón, su propia lógica de conocimiento, que es la lógica de la especialización y el saber experto, se ha tornado fuente estructural de riesgo para la sociedad. En su texto Modernidad y ambivalencia(4), Z. Bauman nos des-cubre el lazo que anuda el occidental proyecto metafísico de pensar el ser al proyecto de la razón moderna: pensar el orden. Pues en ambos proyectos de saber, el ser y el del orden, dejan ser objeto del pensar para convertirse en el lugar desde el que se piensa. El orden se constituye en la categoría fundante de la modernidad como lo fue el ser para la metafísica. Avocándonos a repensar las tradiciones categoriales desde las que pensamos, Bauman ve en el orden el lugar desde el que opera la razón moderna: la operación fundante del clasificar, esto es del separar que resulta del referir cada objeto a una sola categoría. A través del clasificar el lenguaje nos propone un mundo liberado de la ambigüedad y la arbitrariedad a que nos somete la contingencia, nos arranca al malestar, a la inseguridad que conlleva la ambivalencia: lo contrario del orden moderno no sería otro orden sino el caos. Pero resulta que la discontinuidad en que se basa el clasificar, esto es la discreción y transparencia del mundo, se ven hoy contradichas y opacadas por un movimiento que es a la vez de autopropulsión y autodestrucción: al pretender reducir la ambivalencia a un problema de ingeniería, de descubrimiento y aplicación de la tecnología adecuada, el saber multiplica los riesgos, los fomenta. U. Beck ve justamente en ese movimiento el paso del peligro que entrañaba la sociedad industrial a la entrada en otro tipo distinto de sociedad, la del riesgo(5).
El primer, y más hondo desordenamiento, vendría entonces del saber especializado, pues es de su misma lógica de la que resultan los mayores riesgos que atraviesa no sólo la sociedad de Occidente sino la del planeta. Hasta ahora los peligros que entrañaba el desarrollo industrial eran pensados como mero efecto colateral de una industrialización que se pensaba a sí misma sin la menor duda como progreso. Lo que Beck busca pensar son las estructuras radicales de riesgo que encarna una sociedad cuyo desarrollo amenaza desde la ecología, hasta la diversidad genética y la posibilidad misma de supervivencia del planeta entero. El círculo no puede ser más "vicioso": mientras la tendencia de nuestra sociedad es a pensar que a más riego mayor necesidad de saber experto, lo que estamos viviendo es lo contrario: a mayor crecimiento de saber experto más y mayores riesgos. Así el genetista que decidió experimentar con genes humanos no pidió permiso a nadie pues pensó: yo soy el experto, el que más sabe de esto, no tengo que dar cuenta a nadie. Pero el problema no es solamente ético, ya que cuando comenzamos a manipular los genes humanos no podemos olvidar lo que constituyó el proyecto nazi, y menos aún en tiempos en que el miedo se expande, los fundamentalismos crecen, ¡y la extrema derecha se convierte en el segundo partido más votado en Suiza!
De ese riesgo la sociedad no se puede liberar más que pensándose a sí misma como problema. U. Beck y A. Giddens llaman reflexividad(6) a la capacidad de la propia modernidad de cuestionarse y asumir que algunos de los objetivos más importantes de su proyecto emancipador están siendo pervertidos radicalmente. Y es ese saber reflexivo el que le permite a Castells pensar la globalización a la vez como un inmenso movimiento de conexión de todo lo que vale para la razón experta, instrumental -individuos, grupos, instituciones, países- y como un enorme movimiento de desconexión de todo lo que no vale para esa razón, ya sean individuos, instituciones, países, y hasta continentes enteros. Pues la modernidad-mundo nos avoca por primera vez a la realidad de un capitalismo mundial, de un capital que se da a si mismo el mundo como horizonte de su realización, de su realizarse en tiempo real.
Un segundo descentramiento tiene que ver con el hecho de que las nuevas tecnologías, las tecnologías informáticas, ya no son máquinas, no corresponden al modelo de la producción y la sociedad industrial, pues la materia prima del computador no es petróleo ni carbón, ni sus productos son objetos físicos, sillas, zapatos o neveras, y la dimensión propiamente humana de la producción ya no es la fuerza de trabajo. Lo que en las tecnologías informáticas trabaja es una aleación de cerebro e información: el computador tiene como materia prima logaritmos y como producto símbolos y textos. Hay un cambio radical entre la relación cuerpo-máquina del obrero en las grandes fábricas textiles de la Inglaterra del siglo XlX, e incluso del obrero en las fábricas Ford de los años cuarenta y cincuenta, con la relación que instaura la computación, una relación que ya no es exterior -aquí termina la máquina y empieza el cuerpo- sino una hibridación: una mixtura de la que resulta un nuevo tipo de saber, o como algunos lo llaman: una nueva figura de razón(7). Estamos ante una tecnicidad que establece una mediación estructural en la producción del conocimiento, y no sólo en su circulación. Esa mediación se halla ausente del pensamiento sobre la tecnología que se maneja en la inmensa mayoría de los documentos UNESCO sobre la relación comunicación-educación, un pensamiento que limita la dimensión comunicativa a la transmisión a distancia, esto es en términos de difusión, divulgación, propagación. Cuando lo que está en juego es mucho más de fondo: la mediación estructural de las tecnologías digitales en la producción de conocimiento. Y su otra cara: la incorporación de la imagen -sacándola del mito platónico que identifica imagen con engaño, o con trampa y magia, a donde ha estado confinada hasta hace bien poco- al proceso cognitivo posibilitando, merced a su digitalización reunir las dos mitades del cerebro que, en Occidente, hemos tenido radicalmente separadas: la intuición, la sensorialidad del sonido y la imagen, de la abstracción y el argumento, El hipertexto es una primera forma, elemental, de ese encuentro entre los dos hemisferios cerebrales, que viene a desordenar aquella separación fundante entre razón e imaginación.
Finalmente, el más claro desordenamiento que introducen los medios audiovisuales y las tecnologías digitales al des-ubicar y des-centrar el saber de su doble confinamiento en el espacio de la escuela y en el tiempo del aprendizaje escolar. Hoy, una gran parte de los saberes, y quizá de los más importantes y socialmente valiosos, no pasan ya por la escuela ni le piden permiso a la escuela para circular por la sociedad. Un proceso que no había tenido casi cambios desde la invención de la imprenta sufre hoy una mutación de fondo con la aparición del texto electrónico(8). Que no viene a reemplazar al libro -pueden estar tranquilos los profesores que el libro no va a desaparecer-, sino a des-centrar la cultura occidental de su eje letrado: a relevar al libro de su centralidad ordenadora, de la disposición ordenada de saberes que la estructura libro había impuesto al movimiento de la escritura y la lectura, esto es su secuencialidad de izquierda a derecha y de arriba abajo. Lo que necesita ser puesto en perspectiva histórica para que deje de alimentar el sesgo apocalíptico con que la escuela, los maestros, los adultos, miran la empatía de los adolescentes con los medios audiovisuales, los videojuegos y el computador.
No es hacer ningún reproche al libro el recordar que ha habido, y sigue habiendo en Asia y África, civilizaciones -no sólo culturas- en las que el libro o no existió o no tuvo jamás la centralidad cultural que ha tenido en la occidental. Y de otra parte, hay que leer La ciudad letrada de Ángel Rama, para descubrir toda la exclusión social, política y cultural que el libro legitimó en manos de los colonizadores y de sus herederos criollos. Hay una pregunta del historiador francés Michelet que nunca olvidaré: ¿quién ayudó realmente a que la clase obrera en Francia aprendiera a leer y llegara a leer? Y responde: no mucho unos intelectuales ilustrados que, como Voltaire, pensaban que el libro procura placeres no disfrutables por el pueblo llano, sino los dueños de los periódicos que, cuando se encontraron con que la linotipia permitía centuplicar la tirada del periódico, se pusieron a buscar las escrituras y narrativas que permitieran ensanchar el público lector y hacer rentable el invento de la linotipia, dando nacimiento a los géneros populares del folletín y la novela por entregas.
El segundo ámbito de ensanchamiento de los territorios, que quisiera plantear, es el de la ciudadanización de la política. Pienso que estamos de acuerdo en que la crisis de lo político no remite únicamente a la crisis de la política que se evidencia en el clientelismo, el caciquismo y la corrupción de los partidos. En esa crisis está en juego un proceso más largo y mucho más de fondo: el del vaciado de densidad simbólica de los partidos, que remite a su pérdida de la capacidad de convocar y aglutinar a la nación, a su incapacidad de construir comunidad. Pues sólo desde ahí es posible entender el sentido de la estratégica relación que hoy trama la política con la imagen en su búsqueda de seguir representando. Y que la tan extendida teoría de la espectacularización -incluido el libro-manifiesto de G. Sartori(9)- alcanza a señalar pero no a explicar. Pues lo mucho que de verdad hay en ese señalamiento le impide paradójicamente llegar al fondo de los cambios que la videopolítica entraña para la democracia. Encandilada con la luminosidad de su propio discurso buena parte de la crítica se queda en el espectáculo, siendo incapaz de ver lo que el espectáculo revela: que la espectacularización es menos el efecto del medio sobre el mensaje que la forma misma del discurso y la acción política "cuando progresivamente separados del tejido social de referencia los partidos se reducen a ser sujetos del evento espectacular lo mismo que cualquier otro"(10). Lo que significa dos cosas: que la crisis de la política viene menos de fuera -de la espectacularización televisiva y la mercantilización- que de dentro: de su separación, profesionalizada o caciquil, tecnocrática o clientelista, del mundo de la vida social. Y segundo, que aquello de lo que el análisis debe dar cuenta -para que sirva a la renovación de la política más que a la desencantada y resignada lamentación de los intelectuales y los científicos sociales- es de las dimensiones que conectan las transformaciones de la cultura política con las nuevas sensibilidades que el mundo de la massmediación televisual cataliza.
Más que de la disolución de la política, de lo que habla la videopolítica es de la reconfiguración y densificación de las mediaciones en que se constituyen sus modos de interpelación de los sujetos y representación de los vínculos que cohesionan una sociedad, pues aunque atravesados por las lógicas del mercado los medios de comunicación constituyen hoy espacios decisivos del reconocimiento social. Entonces más que a sustituir, la mediación televisiva o radial, ha entrado a constituir, a hacer parte de la trama de los discursos y de la acción política misma, ya que lo que esa mediación produce es la densificación de las dimensiones simbólicas, rituales y teatrales que siempre tuvo la política. Es la especificidad de esa producción la que resulta impensada, y en cierta medida impensable, para la concepción instrumental de la comunicación que permea la mayor parte de la crítica. Porque el medio no se limita a vehicular o traducir las representaciones existentes, ni puede tampoco sustituirlas, sino que ha entrado a constituir una escena fundamental de la vida pública(11). En los medios se hace, y no sólo se dice, la política. Cuando una emisora "popular" le da la palabra a una mujer de Ciudad Bolívar o Aguablanca para que le cuente al jefe del acueducto en persona que en su barrio llevan más de dos meses sin agua, y el funcionario se compromete públicamente a que en dos semanas estará solucionado el problema, ahí se está haciendo política, una política sentimentalizada y vedetizada, pero la presencia de esas dimensiones afectivas y rituales, que el medio potencia, no despolitiza la acción sino que reintroduce en la racionalidad formal las mediaciones de la sensibilidad que el racionalismo del "contrato social" creyó poder (hegelianamente) superar. Lo que nos devuelve a la pregunta por los cambios en la sensibilidad que están mediando las transformaciones de la socialidad, única vía quizás de que la política supere su alejamiento y se reencuentre con la sociedad.
Frente a la, según Baudrillard, inevitable "implosión de lo social en la masa"(12), que vacía la sociedad de sentido, reduciéndola a una existencia y representabilidad puramente estadística, otros sociólogos perciben en la disfracción de la masa una nueva organización de la socialidad. Una socialidad de red, hecha de nudos que serían las nuevas tribus(13) : esas nuevas grupalidades que particularmente las generaciones jóvenes viven en el cruce de la homogenización inevitable del vestido, de la comida, de la vivienda, con una profunda pulsión de diferenciación. Nuevas maneras de estar juntos cuya ligazón no proviene ni de un territorio fijo ni de un consenso racional y duradero sino de la edad y del género, de los repertorios estéticos y los gustos sexuales, de los estilos de vida y las exclusiones sociales. Y que frente a los tiempos largos, pero también a la rigidez de la identidades tradicionales, amalgaman referentes locales con símbolos vestimentarios o lingüísticos desterritorializados en un replanteamiento de las fronteras políticas y culturales que saca a flote la arbitraria artificiosidad de unas demarcaciones que han ido perdiendo la capacidad de hacernos sentir juntos. Es lo que nos des-cubren a lo largo y ancho de América Latina las investigaciones sobre las tribus de la noche en Buenos Aires, los chavos-banda en Guadalajara o las pandillas juveniles de las comunas nororientales de Medellín(14). Lo que está conduciendo a la sociología a retomar la idea weberiana de la "comunidad emocional" -que remite a un cierto retorno de la comunidad abolida por la moderna sociedad, de que hablara Tonnies- para dar cuenta de las hondas transformaciones que atraviesa el nosotros, y la necesidad entonces de reintroducir lo sensible, y no sólo lo mensurable, en el análisis, de "estudiar lo que pasa en el nivel carnal y perceptible de la vida social"(15).
Es entonces en la pérdida o el debilitamiento de las dimensiones simbólicas de la política donde enchufa la teatralidad de la televisión. Según Norbert Lechner, el debilitamiento de las dimensiones simbólicas de la política remite al opacamiento de la inteligibilidad de lo social, tanto de la intelegibilidad que provenía de las ideologías como de los mapas cognitivos en que se apoyaban las ideologías políticas para orientar la acción: "¿Puede la política, en tanto aspecto parcial de la vida social, 'representar' a la sociedad en su conjunto?"(16). De otra parte la que tornaba legible a la sociedad etra su unidad, pues como señala Hilda Sábato: hasta hace bien poco el debate político y cultural se movía entre "esencias nacionales e identidades de clase"(17), lo que significa que era uno el sujeto social que conformaba tanto el pueblo como la nación. Sólo a mediados de los años ochenta se va a poner en cuestión el modelo que exigía disolver las identidades regionales, étnicas o de género como condición indispensable de la compresión y construcción de la nación. La posibilidad de pensar la sociedad nacional como un ser plural se halla ligada a la emergencia de los "nuevos" movimientos sociales. Pues así como se afirmaba la unidad identitaria de lo nacional se tenía por uno al enemigo de esa identidad. Y la división de clases, su configuración puramente antagónica completaba el cuadro que posibilitaba entender y transformar la sociedad.
Es mucho más difícil de comprender una sociedad estallada por muchos costados, como la que tenemos hoy. Las propias clases sociales estallan al ser atravesadas por la multiplicidad de diferencias que introducen las etnias, las razas, las mujeres, los jóvenes. Lo que torna mucho más compleja la simbolización identitaria de lo nacional(18). ¿En qué simbolizamos hoy la identidad colombiana sino es en algo tan coyuntural como el equipo nacional de fútbol, y aun de un futbolista, de un ciclista de una cantante, como el Pibe Valderrama y Carlos Vives o Shakira?, ¿cómo llenar de densidad simbólica la política para que convoque a los colombianos cuando el país está roto por tantos lados, cuando su esquizofrenia se hace tan visible como el domingo del No Más entre el sentido de ese eslogan para los millones de colombianos que salieron a la calle en las grandes ciudades y el tramposo sentido que le dieron los guerrilleros?
Otra fuente de opacidad de lo social es el doble sentido que hoy adquiere el proceso de individuación del que se ha ocupado extensamente A. Giddens en sus dos libros sobre la intimidad de la persona y la sexualidad(19) y al que apunta Manuel A. Garretón introduciendo en la agenda política el derecho a la auto-realización o felicidad(20) El principio de auto-realización está ya instituido como derecho de la persona humana en la nueva constitución, y ha sido aplicado valientemente por la Corte Constitucional al uso personal de la droga. Y está también inscrito en la importancia que el cuerpo ha cobrado en este fin de siglo como escenario de experimentación vital y objeto de atención y cuidado cada vez más grandes. Es indudable que en este último aspecto la autorrealización se inserta también en las tendencias individualistas y hedonistas de la sociedad de mercado. Pero las estratagemas del mercado anclan en un movimiento que viene de más lejos, el de la autonomía del sujeto que la sociedad actual amenaza más hondamente que ninguna antes y que tiene su otra cara en la crucial y contradictoria defensa de la privacidad. Sabemos que la privatización de la vida conecta con la privatización del campo económico y la erosión del tejido societal que produce la racionalidad desplegada por la política neoliberal -crecimiento de la desigualdad, concentración del ingreso, reducción del gasto social, deterioro de la escena pública- llevando la atomización social hasta la disolución de los mecanismos básicos de la cohesión política y cultural, desgastando sus representaciones simbólicas hasta el punto en que la legítima defensa de las identidades desemboca en la devaluación de un horizonte mínimo común. Pero la defensa de la privacidad tiene también mucho que ver con la desprivatización a que se ve sometida la vida de la familia y la intimidad de los individuos especialmente por la intromisión de los medios masivos, de tal manera que el derecho a la privacidad se ha convertido en uno de los más importantes a la hora de regular colectivamente los nuevos procesos y tecnologías de comunicación. Como plantea Martín Hopenhayn(21) necesitamos repensar lo privado no sólo en relación con el repliegue desocializador sobre lo hogareño y lo doméstico -con el consiguiente declive del hombre público y el crecimiento de un narcisismo que fetichiza el yo(22)- sino también en lo que tiene de resistencia a la viscosidad con que el poder político y el mercado atentan contra la autonomía del individuo.
En el rechazo a lo colectivo, y específicamente a dejarse representar, emerge hoy tanto la desafección ideológica hacia las instituciones de la política como la búsqueda de un quiebre a la masificación imperante y la uniformación, a la incapacidad de representación de la diferencia en el discurso que denuncia la desigualdad. Como la privatización no remite sólo a la desocialización así tampoco la individuación se agota en el consumo, pues ella remite hoy a la transferencia del sentido de la democracia desde el ámbito de lo político al ámbito de lo social, desde el ámbito de las ideologías al de la salud, el empleo, la sexualidad. La democracia hoy habla otro idioma, habla el idioma del cuerpo, la salud, el sexo, habla el idioma de la subjetividad, de la pareja y la familia. Habla de la inseguridad colectiva reavivando la necesidad de pertenencia que empuja a la gente a asociarse en una comunidad religiosa o estética, barrial o de parche, pues la gente no puede vivir sin un mínimo de pertenencia y reconocimiento. Es decir, estamos ante una resignificación radical de la ciudadanía(23): ser ciudadano tiene que ver hoy mucho menos con votar que con ser capaz de asociarse con los vecinos del barrio para reclamar derechos, para hacer demandas, para defender sus modos de vida.
Finalmente, la presencia de esos dos ámbitos o territorios, el desordenamiento de los saberes y el de la reconfiguración del ciudadano, en el campo de la comunicación/educación va a conectarlo con la transformación de los modos de estar juntos(24) y los nuevos modos de comunicar. Lo que resulta imposible sin hacer estallar la escuela. Ya que lo que ahí entra en juego es el movimiento de creatividad y la participación; la creatividad comprendida como la capacidad de innovar en el conocimiento o en el arte, en la ciencia o la tecnología. Y a la que la escuela no puede aspirar sin potenciar la sensibilidad, sin ensanchar los modos de percibir, sin articular la intuición y la lógica, la ímaginación científica y la estética, artística. Pues como insistía Bachelard, en últimas no hay sino una sola imaginación que, a la vez formula e inventa, que gesta hipótesis y crea poesía.
Por su parte, la participación habla de la movilización del capital social. Y compartir capital social significa la "tasa" de confianza y reciprocidad en que se trama el lazo social. Esa trama que es tan densa, y por ello tan desconcertante para nosotros, cuando nos asomamos a esas culturas que llamamos primitivas, y a las que Marcel Mauss nos aproximó en su Ensayo sobre los dones(25): la gratuidad del regalo revelándose exigencia de reciprocidad, intercambio en el que se gesta la sociabilidad, y desde ella la propia sociedad. Participación significa compartir la acción con otros, lo que invita a la escuela a convertirse en el lugar de re-imaginación y recreación del espacio público: lugar de conversación entre generaciones, entre jóvenes que se atrevan a llevar a la escuela sus verdaderas preguntas y maestros que sepan y quieran escuchar, convirtiendo a la escuela en un espacio público de memoria y de invención de futuro.


Notas
1- J. A. Huergo, Cultura escolar, cultura medática / Intersecciones, Santa Fe de Bogotá, Universidad Pedagógica Nacional, 1999.
2- M. Castells, La era de la información, Vol.1, Madrid, Alianza, 1997, pp. 58 y 369.
3- J. J. Brunner y G.Sunkel, Conocimiento,sociedad y política, Santiago, Flacso, 1993, p 15.
4- Z. Bauman, "Modernidad y ambivalencia" , en VV.AA., Las consecuencias perversas de la modernidad, Barcelona, Antehropos,1996.
5- U. Beck, La sociedad del risgo, Barcelona, Paidós, 1998.
6- A. Giddens, U.Beck, S.Lash, Modernizacao reflexiva, Sao Paulo, UNESP,1995.
7- G. Chartron, Pour une nouvelle économie du savoir, Presses Universitaires de Rennes, 1994; A. Renaud, "L'image: de l'économie informationelle a la pensée visuelle, en Reseaux , N° 74, Paris, 1995, p.14 y ss.
8. R. Chartier, "La discussion sur le texte électronique", Dossiers Le monde diplomatique, Paris, marzo 1999.
9- G. Satori, Homo videns. Televisione e post-pansiero, Roma, Laterza, 1997.
10- G. Richeri, "Crisis de la sociedad y crisis de la televisión", en Contratexto Nº 4, Lima, 1989, p. 144.
11- G. Sunkel, "Imágenes de la política en televisión", en La política en pantalla, Santiago de Chile, Ilet, 1989.
12. J. Baudrillard, A la sombra de las mayorias silenciosas, Barcelona, Kairos, 1978.
13. M. Maffesoli, El tiempo de las tribus, Barcelona, Icaria, 1990.
14. M.Margulis y otros, La cultura de la noche. Vida nocturna de los jóvenes en Buenos Aires, Buenos Aires, Espasa Hoy, 1994; R.Reguillo, En la calle otra vez. Las bandas: identidad urbana y usos de la comunicación, Gualajara, México, Iteso, 1991; A.Salazar, No nacimos p'a semilla. La cultura de las andas juveniles en Medellín, Santafé de Bogotá, Cinep, 1990.
15. P. Sansot, Les formes sensibles de la vie sociale, Paris, P.U.F.,1986, p. 31.
16. N. Lechner, "Un desencanto llamado postmoderno", en Punto de vista Nº 33, Buenos Aires, 1988, pp. 25 y ss.
17. H. Sábato, "Pluralismo y nación", en Punto de vista No. 34, Buenos Aires, 1989, p. 2; también: H. Schmucler, "Los rostros familiares del totalitarismo: nación, nacionalismo y pluralidad", en Punto de vista No. 33, Buenos Aires,1988.
18. X. Rubert de Ventos, Nacionalismos. El laberinto de la identidad, Madrid, Espasa, 1993.
19. A. Giddens, Modernidad e identidad del yo, Barcelona, Pennínsula, 1997; del mismo autor, La transformación de la intimidad, Madrid, Cátedra, 1995.
20. M. A. Garreton, "Cultura política y sociedad en la reconstrucción democrática", en La faz sumergida del iceberg, Santiago, Lom/Cesoc, 1994, p. 22.
21. M. Hopenhayn, Ni apocalípticos ni integrados. Aventuras de la modernidad en América Latina, Santiago, F.C.E. , 1994.
22. R. Sennet, El declive del hombre público, Barcelona, Península, 1978; del mismo autor: Narcisismo y cultura moderna, Barcelona, Kairos, 1980.
23. N. Lechner, "Nuevas ciudadanias" , en Revista de estudios sociales, N° 5, Santafé de Bogotá, 2000, p.25 y ss.
24. M. Maffesoli, La transfiguration du politique. La tribalisation du monde, Paris, Grasset, 1992; del mismo autor, La contemplation du monde. Figures du stile communitaires, Paris, Grasset, 1993.
25. M. Mauss, Sociología y antropología, Madrid, Tecnos, 1971, pp. 155-176.

viernes, 27 de agosto de 2010

UN CUENTO ESCRITO POR LILIAN, UNA ALUMNA DE 3º AÑO DE INICIAL

CUENTO
Sapiens “El niño homínido”

“Nuestro planeta esta habitado por seres vivos de diversas características, entre ellos el hombre”.

Hace mucho, muchísimos años, en los tiempos de La Prehistoria, comenzó la evolución de la especie humana.

Los primeros hombres se parecían al chimpancé, gorila y orangután.

En un lejano país, llamado África vivía Homo Erectus, el primer hombre homínido.

Se dedicaba a la caza y habitaba en distintos lugares, en tupidos bosques y en eriales llanos, extensos, llamados estepas.

Erectus descubrió algo maravilloso “el fuego”, que utilizaba para cocinar, iluminar y soportar el frió.

Pero un día, decidió viajar a Europa y en una de esas fantásticas aventuras conoció a Homo Habilis de la cual se enamoro perdidamente.

Con el tiempo tuvieron un pequeño hijo al que llamaron Homo Sapiens, muy inteligente y audaz.
Este niño fue creciendo felizmente, aprendió a caminar erguido, utilizar sus manos, visualizar los alimentos y detectar el peligro del medio externo.

Sus padres le enseñaron a construir herramientas y utensilios para cazar animales.

Era muy divertido e interesante observar a Sapiens porque rápidamente logro desarrollar el habla y se comunico con el resto del grupo.

Tenía capacidades cognoscitivas sorprendentes, utilizaba signos gráficos, desarrollaba un perfecto proceso mental y por todas sus características el grupo lo llamo “Ser Humano”.

“Sapiens Ser Humano” nos dejo como recuerdo sus signos impresos en una antigua piedra descubierta por un famoso arqueólogo.

Si quieren verla pueden viajar a África y la encontraran en un importante Museo Histórico.
Y así fue transitando la cultura de la oral a la escrita, dejando huellas hasta el día de hoy.

Colorin colorado este cuento ha terminado.

Fin
Arrieta Lilian

jueves, 29 de julio de 2010

3º de Inicial. Las Heras


Qué bueno ahora somos màs!!!
Saludos Claudia

lunes, 26 de julio de 2010

FELICES VACACIONES



Deseo que a pesar de frío puedan descansar y volver con muchas energías para transitar juntos la segunda etapa de este año 2010.
Claudia

Mesas de Examenes

SEDE Las HERAS
Jueves 12 de agosto."Cultura, Comunicación y Educación"

MARCOS PAZ
Viernes 13 de agosto."Cultura, Comunicación y Educación"

Notas de Recuperatorios...

Les envío la lista de los que tendrán que estudiar un poquito más (aquí faltan los que estuvieron ausentes, los nombres son de los que no han alcanzado nota para aprobación pero se presentaron)
Leiva Cecilia
Gongora Maira
Lemos Yamila
Pérez Ana Laura
Caballero Lidia
Galván Natalia
Insfran Ana

miércoles, 14 de julio de 2010

Chicas de Marcos Paz, 3° de Primaria

Deben venir a recuperatorio el día viernes:
Barrios Elizabeth,Galván Natalia,Maurandi, Insfran Ana. Además de los que estuvieron ausentes.
Al resto felices vacaciones!!!!!!
Claudia

lunes, 12 de julio de 2010

Recuperatorios esta semana para:

Hola a todos! tanto tiempo...les envío la lista de gente por curso que deberá venir para recuperatorio´algunos ya saben porque les entregué la corrección ese mismo día, otros estuvieron ausentes y el resto son:
3º de Inicial (Las Heras) Velázquez jesica y Arregui Daiana.
2º Especial ( Marcos paz) Artaza Sofía, Ruiz Nora, MArta Díaz, Parodi Elizabeth, Rodrigueza Nancy.
2º de Inicial (Marcos Paz) Pajón yanina,Albornoz Giselle, Zarza Noelia, Coronel Laura, Chavasa Laura, Cuello Sabrina, Caballero Lidia, Ruiz díaz Verónica,Castro Sabrina, Fernández Laura.

ME FALTA SUBIR LAS NOTAS DE 3º DE PRIMARIA ( MARCOS PAZ), MAÑANA LES COMUNICO.
Saludos para todos y Felices vacaciones para aquellos que no deben venir a clase esta semana.
Claudia

lunes, 5 de julio de 2010

3° de Primaria.Marcos Paz-


Al fin!. Seguimos esperando los otros grupos.
Saludos Claudia

viernes, 18 de junio de 2010

Recibí mi título de Licenciada en Educación


Simplemente quería compartir con todos ustedes un momento único, que pronto, seguramente viviran después de horas de sacrificio y mucho esfuerzo, cuando reciban sus títulos al terminar sus carreras.
saludos Claudia

martes, 15 de junio de 2010

Avisos importantes!



Para recordar: el jueves 18 de junio, en Las Heras, les tomo el parcial a 2º de Educación Especial y 2º de Educación Primaria.
El viernes no voy a ir a dar clases a Marcos Paz, porque es mi graduación, me entregan el diploma en la Universidad de Quilmes de Licenciada en Educación, última carrera que curse. Disculpen y sepan comprender, ustedes pronto pasaran por esta instancia!
Nos vemos pronto! Claudia

viernes, 11 de junio de 2010

y qué tal esto???


Saludos para todos!

Cualquier semejanza con la actualidad es pura coincidencia!

Les sugiero que miren el video y envíen un opinión sobre qué les pareció y qué relación encuentran con las Nuevas Tecnologías en la actualidad...



Que lo disfruten Claudia

jueves, 10 de junio de 2010

Parcial del 11 de junio, supendido!

Hola a todos!
Les aviso que el parcial que iba a tomar en Marcos Paz, mañana viernes 11 de junio, queda suspendido debido a que aún no tengo los prácticos para hacer la corrección antes de la evaluación.
Mañana todos haran las entregas de los prácticos y acordaremos nueva fecha.
Saludos a todos y nos vemos mañana! Claudia

jueves, 3 de junio de 2010

A los alumnos de Marcos Paz...Disculpen!


Estoy haciendo una capacitación y mañana voy a tomar licencia, porque curso hasta el sábado. La verdad, a veces nos creemos superpoderosos y creí que podía cumplir con todo, pero les aseguro no lo logré.
Para aquellos que trabajaron intentando respetar tiempos les pido disculpas, pero miren el lado positivo ya lo tienen hecho el TP, y pueden descansar...y a los "que estaban en veremos", aprovechen para ponerse al día.
Saludos y buen finde!
Claudia

lunes, 31 de mayo de 2010

¿Serán que en nuestra sociedad hay roles que están cambiados?


Qué tristeza! no???

ATENCIÓN!!! PARCIAL DE 2º de Especial MARCOS PAZ

Es el viernes 11 de JUNIO (para que no se superponga con el de Psicología).
El recuperatorio es el Viernes 2 de JULIO.

Nota al pié de página



Este video los guiará para insertar nota al pie desde Word 2007.
Saludos Claudia

Cita de videos, peliculas y material discográfico

En este sitio puede obtener información para citar o escribir los datos correctos de material que no sea gráfico.
http://www.uem.es/biblioteca/web2006/tb_te_interesa/citar_documentos/mat_no_librario.htm#documentosmultimedia

Cómo citar documentos electrónicos

Algunas normas y ejemplos prácticos

Por supuesto, no pretendemos aquí elaborar una completa guía de estilo destinada a investigadores y eruditos, sino sólo mostrar algunos casos, quizás los más habituales, de cita de documentos electrónicos, siguiendo para ello de cerca las recomendaciones de la norma ISO 960-2 y las elaboradas por los profesores Estivill y Urbano y por Nancy G. Andara, arriba mencionados.

En primer lugar, bajo la denominación de documentos electrónicos se engloba un gran número y variedad de fuentes documentales que van desde páginas web y monografías o artículos de revistas en formato digital hasta mensajes de correo electrónico, bases de datos en CD-ROM o programas informáticos en disquete o CD-ROM.

En cualquier referencia bibliográfica de alguno de estos trabajos los datos que nunca deben faltar son el nombre de su autor o autores, el título del trabajo, el asunto del mensaje (en los casos de correo electrónico o mensajes a grupos de noticias), el tipo de soporte (en línea, cd-rom, cinta magnética, disco, disquete), el nº de volumen y las páginas (siempre que sea posible), el lugar de publicación, la fecha de publicación o de actualización (esto último sobre todo en páginas web), disponibilidad y acceso (la dirección URL) y la fecha de consulta (también en recursos con soporte en Internet).

Estos elementos deberían seguir un orden básico que podríamos esquematizar como sigue:

Autor(es). Título del trabajo, [tipo de soporte]. Lugar de publicación: editor, fecha de publicación o actualización. Disponibilidad y acceso. Dirección URL: <>. [Consulta: Fecha, con expresión del día, mes y año en que fue consultado].

La información que ponemos entre corchetes [] debe ir obligatoriamente así. Se recomienda así mismo mantener la puntuación (puntos y comas) que diferencia las distintas partes de la reseña. Lo que va en cursiva (el título del trabajo) también debe ir así, aunque en los títulos de artículos se ponen comillas. A la hora de citar un recurso electrónico disponible en Internet, la dirección debe ir entre ángulos <>, poniendo en todos los casos el tipo de protocolo utilizado: HTTP, FTP, TELNET, GOPHER. Asimismo, como muchas direcciones web son sensibles al uso de la mayúscula y la minúscula, se recomienda mantenerlas tal cual las hayamos visto en la barra de navegación de nuestro browser. La fecha de la consulta, en los casos de recursos en Internet, es fundamental para dejar constancia de cuándo accedimos al recurso en cuestión, pues podría suceder que algún tiempo después cambiara de aspecto, de contenido, de dirección o que desapareciera. Se pueden añadir datos opcionales como el responsable secundario de la publicación o el número de ISBN o ISSN. Por último, respecto a los datos del lugar de publicación, editor, etc., en los recursos en línea, dado que no siempre vienen recogidos, se puede prescindir de ellos.

Bien, a continuación vamos a dar una serie de ejemplos de reseñas bibliográficas de diferentes tipos de recursos electrónicos.

Cita de un sitio Web:

Perseus Projet. The Perseus Digital Library, [en línea]. Gregory Crane, Editor-in-Chief, Tufts University. Dirección URL: . [Consulta: 9 febrero 2001].

En este caso no hemos hecho constar la fecha de publicación o actualización porque no aparece expresamente en la página web. Hemos agregado un dato opcional, el responsable editorial de este proyecto.

Cita de un artículo en una revista electrónica:

Paterniani, E. "Factores que afectan la eficiencia de la selección en maíz", [en línea]. Revista Investigación Agrícola-DANAC. Volumen 1. (1996). Dirección URL: . [Consulta: 22 abril 1998].

Como en las publicaciones en papel, el nombre del autor se pone invertido, primero el apellido y luego la inicial del nombre. Si fueran varios los autores se puede optar por poner los demás del mismo modo.

Cita de un trabajo en CD-ROM:

Mcconnell, Wh. "Constitutional History". En The Canadian Encyclopedia, [CD-ROM]. Macintosh version 1.1. Toronto: McClelland & Stewart, 1993. ISBN 0-7710-1932-7.

En este caso hemos añadido un dato opcional, el número de ISBN, y al tratarse de un CD-ROM, es conveniente añadir cualquier información útil concerniente al sistema operativo bajo el que funciona (en este caso Macintosh).

Cita de mensajes electrónicos:

Discussing all aspects of libraries, [en línea]. Usenet newsgroup: . Archivo de los mensajes en: . [Consulta: 6 mayo 1997].

Para terminar, sólo nos queda dar algunas recomendaciones finales. En primer lugar, la reseña será más o menos completa dependiendo de la información que nos proporcione el propio soporte en que aparezca el trabajo. Obviamente, si un web no tiene fecha de actualización o la mención al organismo o empresa que se encarga de su publicación no podremos hacerla constar. Además, en el caso de Internet, la mayoría de la información nos la deberá proporcionar la página de inicio donde se localice el documento electrónico de nuestro interés.

En los mensajes electrónicos el título lo constituye la línea que aparezca en el apartado Subject del mismo

Por último, al escribir una dirección URL, si esta es larga, es conveniente no incluir guiones de separación al final de línea, pues esto puede inducir a error, sino que es mejor insertar un salto de línea despues de una de las barras inclinadas (/) de que se compone. Por supuesto, tampoco es conveniente incluir punto y final.

En suma, en la exposición que precede hemos intentado recopilar las mejores guías de referencia que existen para aprender a citar recursos electrónicos, así como dar unos cuantos consejos básicos que orienten al investigador a la hora de reseñar este particular tipo de soporte en sus trabajos. El mejor ejemplo de cita completa va ahora:

NOTAS

[1] Este artículo se publicó inicialmente en La Estrella Digital, sección Ciberestrella, en la URL http://www.ciberestrella.com/secciones/como/ 14_02_citas.htm.

viernes, 28 de mayo de 2010

Se vienen los parciales!!!


¿Quién no se sintió alguna vez así?...Pero bue! calma,nos entra todo y la vida nos demuestra que el conocimiento nunca está demás.
Agenden algunas fechas
Marcos Paz: Entregas de trabajos prácticos VIERNES 4 de JUNIO.
Primer Parcial VIERNES 25 de JUNIO.
Recuperatorio VIERNES 2 de JULIO.

General Las Heras Entrega de trabajos prácticos JUEVES 3 de JUNIO
Primer Parcial JUEVES 17 de JUNIO.
Recuperatorio JUEVES 1 de JULIO.

Saludos Claudia

lunes, 24 de mayo de 2010

Argumentación

Les voy mandando material de Texto argumentativo. Les va a servir para la fundamentación del proyecto que tienen que diseñar

Pautas para diseñar proyectos en el aula.

sábado, 22 de mayo de 2010

Pautas para diseñar proyectos!

Les paso una dirección para que vean cuáles son los pasos a seguir para diseñar proyectos en el aula
http://www.lecturayescritura.com.ar/diseproyepa.htm

Para la gente de Educación Especial encontré este sitio que me parece les va a ser útil para el TP: http://www.maestrasjardineras.com.ar/nee.htm

Saludos Claudia

Un poco más sobre citas bibliográficas

¿Cómo se elabora una cita bibliográfica?
Libros: los apellidos del autor en mayúsculas, las iniciales del nombre en mayúsculas, año de edición entre paréntesis, el título en cursiva, lugar de edición, nombre de la editorial y, en su caso, las páginas de referencia.
Ejemplos:
Cita de un libro:
FERRO, M. (1980) Cine e Historia. Barcelona, Ed. Gustavo Gilli, pp.23-24.
Cita idéntica a la anterior inmediata:
Íbidem
Cita del libro anterior inmediata pero distintas páginas:
Íbid., 151
Libro citado con anterioridad:
FERRO, M. Op. Cit, p 8.
Capítulos de libros y obras colectivas: Apellidos del autor en mayúsculas, iniciales del nombre en
mayúsculas, título del capítulo entre comillas, apellidos e iniciales en mayúsculas del director/es o coordinador/es, año de edición entre paréntesis, título en cursiva, lugar de edición y, en su caso, las páginas.
Ejemplo:
ARIAS. E., "Andalucismo político " en BLAS GUERRERO. A. (1997), Enciclopedia del Nacionalismo. Morata, Madrid, pp. 56-89.
 Artículos de revista: Apellidos del autor en mayúsculas, iniciales del nombre en mayúsculas, título del artículo entre comillas, título de la revista en cursiva, número de la revista, año de edición entre paréntesis y, en su caso, las páginas.
Ejemplo:
CASTILLO ARENAS, F., "El Andalucismo en Córdoba y Provincia durante la Transición (1975-1982)", en Ámbitos, Revista de Estudios Sociales y Humanidades de Córdoba, 5-6 (2001), pp 98-105.
Periódicos: Título del diario en cursiva y fecha -siguiendo este orden: Día, mes y año-.
Ejemplo:
El País., 3-5-2002.
Si se tratara de un artículo de autor se repite la forma de las revistas.
Documentación archivística: Archivo de referencia -la primera vez que se cite se hará de forma completa y las siguientes abreviadas-, documentación de lo que se trata -Actas Capitulares, Padrones, etc.- sección si procede, legajo en su caso y número de folio si corresponde.
Ejemplo:
Archivo Municipal de Córdoba., Actas Capitulares, 1890, sección 13.03.01, L-0424
Artículos y/o documentos hallados en la web: se agrega el link
Ejemplo:
Rockwell, Elsie (2000). “La otra diversidad: historias múltiples de apropiación de la escritura”. DiversCité Langues. En ligne. Vol. V. Disponible en: http://www.teluq.uquebec.ca/diverscite

Las citas pueden ser de diferente tipo

Citas directas o textuales : Se colocan entre comillas, con las palabras exactas del autor original, luego se incluye al finalizar una llamada y en el pie o al final del texto se incluye la cita completa de la fuente con el número de página de donde se ha extraído la cita.

Citas indirectas o ideológicas: Se menciona la idea del autor original con las palabras de quien lo cita y mencionando la obra y autor original en el texto que se redacta (también suele hacerse la referencia completa al pie de la página)


Ejemplo:

Nos referimos a la saturación de significados que permiten establecer la validez de ciertas generalizaciones “en el caso”,y no “sobre el caso” (Geertz, Clifford; 1992: 40).
A pie de página: Se incluyen al final de la página, claramente separadas del desarrollo del texto. Allí se mencionan todos los datos de la fuente. Pueden contener sólo información bibliográfica (de algo que ha sido citado en el cuerpo del texto) o dar lugar a comentarios que el autor considera “suplementarios” pero que enriquecen, aclaran, ilustran, discuten, instalan preguntas respecto del texto “central”.

Bibliografía final:

Es el último apartado del escrito. Se ordenan alfabeticamente todos los materiales utilizados y se repite el modo de consignar los datos eliminando las referencias de páginas cuando se ha tratado de citas. No así cuando se trata de capítulos, artículos u otros textos contenidos en publicaciones colectivas. Los textos sin autoría pueden separarse con subtítulos que indiquen sus características. Ejemplos:
Archivos
Documentos curriculares

Nota:
Cuando los textos presentan múltiples autorías se pueden consignar con la sigla AA.VV. al inicio de la notación o se pueden tomar los dos primeros para luego agregar "y otros" o "y otras".

Lo prometido es deuda! Aca van las pautas para las citas bibliográficas.

Cómo presentar
una bibliografía,
cómo citar un texto
Cuando se prepara un trabajo de curso, una
tesis, un proyecto final de carrera, un informe, o
una publicación, se debe consultar lo que se ha
publicado previamente sobre el tema escogido
y, por lo tanto, hay que citar datos obtenidos de
los documentos consultados.
¿Qué es una bibliografía?
En el contexto de presentación de un trabajo
académico, una bibliografía es una lista de
documentos consultados durante su
preparación. Tendrá que incluir los documentos
consultados aunque no se hayan citado en el
trabajo.
También se puede presentar una lista
complementaria con las publicaciones más
recientes y relevantes sobre el tema.
¿Para qué sirve?
Para dar credibilidad al trabajo que se presenta.
Para cumplir con el rigor académico y científico,
y con la legislación sobre la propiedad
intelectual, que exige que se identifiquen las
fuentes de los datos, afirmaciones y gráficos de
otros autores.
¿Cómo se compila una bibliografía?
Durante la elaboración del trabajo se tienen que
ir recogiendo los datos necesarios para la
identificación de los documentos consultados.
¿Qué estilo hay que seguir?
De manuales de estilo y pautas de citación
bibliográfica hay muchos. La selección de un
manual de estilo es una decisión importante,
que se tiene que realizar teniendo en cuenta la
disciplina científica y las revistas en que se
piensa publicar. Con todo, para cada trabajo hay
que seguir las normas del editor o la entidad
concreta a la cual se dirige el manuscrito.
¿Hay alguna norma internacional?
En esta guía se toma como referencia la norma
ISO 690: 1987 (UNE 50-104-94), como marco
internacional para el desarrollo de manuales de
estilo bibliográfico. Para las citaciones en el
texto, se propone el sistema autor-fecha, el más
utilizado en trabajos y publicaciones del ámbito
de la ciencia y la tecnología.
Elementos de identificación
Les referencias bibliográficas se deben redactar
ofreciendo datos suficientes para identificar
correctamente el documento (autor, título, año
de publicación, editorial, dirección de Internet
para una página web, etc.); se trata de facilitar al
lector la localización del documento original.
Ordenar la bibliografía
La bibliografía tiene que ir al final del trabajo,
después de los anexos y antes de los índices. Si
únicamente recoge documentos citados al final
del texto es más correcto darle el nombre de
Referencias.
La lista se ordena alfabéticamente por el primer
elemento de la referencia (sea autor o título) y
después por la fecha:
􀂃 Una entrada con un solo autor se ordena
antes que una con más de uno que
empiece por el mismo autor.
􀂃 Las obras de un grupo de autores que han
publicado conjuntamente más de un trabajo
se ordenan por la fecha.
􀂃 Les diferentes obras de un autor, o grupo
de autores con un mismo año de
publicación se ordenan por el título y se
añade a la fecha una letra que marque este
orden: 2002a, 2002b,…
Si el primer autor de un grupo ha publicado con
grupos diferentes, las referencias se ordenan
alfabéticamente por el apellido del segundo
autor.
5. Aprender a...
Las obras que un autor ha publicado como
editor, compilador, o director se ordenan
después de aquellas en las que ha actuado
como autor, según el orden alfabético de la
abreviatura utilizada para designar la función
(comp., dir., ed.).
Les comunicaciones personales
(conversaciones, cartas, etc.) se listan al final de
manera separada.
Hacer una citación dentro del
texto
Les referencias de obras de un solo autor
La forma más común de citar la obra de un autor
es hacer constar el apellido del autor y el año de
la obra.
En nuestro caso trabajamos con bases de datos
estratificadas (Blair 1988).
Si el nombre del autor forma parte del redactado
solamente hay que poner entre paréntesis la
fecha de edición de la obra.
…Negroponte (1995) ha realizado un trabajo
divulgador…
También se puede incorporar la localización
dentro de la obra a la cual se hace referencia:
las páginas, el capítulo, el número de tabla, etc.
Estas informaciones se separan con comas.
…el operador fotográfico en tiempos de transacción
(Jensen 1993, 145).
Si se cita más de un volumen, se separan con
una coma.
(Salas 1995, 2: 168, 3: 119-123).
Si se hace referencia a más de una obra de un
mismo autor, después del apellido del autor se
ponen los años de edición correspondientes a
las diversas obras separados con comas.
(Walker 1988, 1990, 1993)
Si además del año de edición, se cita la
localización, esta se separa con una coma del
año de edición.
El método de Plexousakis (1993, 35; 1996, 64)
formula las restricciones de integridad…
Si se hace referencia a diversas obras de un
mismo autor editadas en el mismo año, se
añade una letra al año de edición (sin espacio
en medio).
En la figura 5.1 podemos ver como los trece
operadores temporales de Allen (1983a) se pueden
expresar en…
Se utilizan comillas cuando se incorporan al
trabajo fragmentos cortos extraídos
directamente del texto citado. Los fragmentos
largos citados textualmente se sitúan en un
párrafo sangrado, con un cuerpo de letra más
pequeño.
“Defendeos de las fotocopias: en cuanto las tengáis,
leddlas y anotadlas”, este es el sabio consejo que da
Umberto Eco (1982, 157)…
Les referencias de obras de diferentes
autores
Si en una misma citación hay más de una
referencia, se escriben todas dentro del mismo
paréntesis, separadas con un punto y coma.
…estudiamos la semántica de las reglas de integridad
temporales (Sistac 1994; Martín 2000).
Dos autores con el mismo apellido se
diferencian por las iniciales.
Si se hace referencia a diversas obras de uno
de los autores, los años de edición se separan
con comas.
Siguiendo la cronología presentada (Snodgrass 1990,
1992, 1993; Stam 1991), enmarcaremos las
primeras…
Si además del apellido y del año de edición se
citan las páginas, o otras informaciones, las
diversas obras de un mismo autor se separen
con un punto y coma, y los diversos autores se
separan con un punto.
Un estado de una bd-dbt (Jensen 1992, 52; 1996, fig.
4. Soon 1993, 2: 25-26) corresponde a…
Las referencias de obras de más de un autor
Si una misma obra es responsabilidad de dos o
tres autores, constan los apellidos de todos.
Otras aplicaciones de este modelo son en el área de
las bases de datos deductivas (Teniente y Olivé
1992).
Si una misma obra es responsabilidad de más
de tres autores, se cita el apellido del primero y
se añade la abreviatura et al., en letra cursiva.
Estos cuatro criterios (Doucet et al. 1997) nos…
Si en un mismo texto puede haber confusión
entre grupos de autores que empiecen por el
mismo apellido, se cita el apellido del segundo
autor.
La versión del método (Mayol, Sistac et al. 1998) fue
implementada directamente en un sistema Prolog.
Las referencias de obras que se entran por el
título
En el caso de las obras que en la lista de la
bibliografía se entran por el título, en la citación,
en lugar del apellido del autor se consigna el
título abreviado de la obra.
...a lo largo de aquellos años estudiados (Catalogue
of courses on Nuclear Energy, 1961).
Actualización: noviembre 2007
Colaboración: Servei de Llengües i Terminologia. UPC

jueves, 13 de mayo de 2010

Y no me olvido del Nivel Primario

Las nuevas TICs en el Jardin tambien pueden entrar con Luis y su banda


Estimadas alumnas,como para presentarme en este hermoso espacio creado por Claudia, quiero regalarles este video de un maravilloso artista, Luis Pescetti. Ademas quiero decirles que como docentes y futuras docentes debemos estar a la altura de las circunstancias que nuestros alumnos y sociedad requieren. Por eso debemos conocer estas nuevas TICs para poder llevar a cabo el poder transformador de la educacion. Saludos a todos y todas y quedo a disposicion de Uds. en el correo que les paso Claudia. Soy Profesora del Instituto, por lo tanto no tengo problemas en atender dudas de alumnos que no esten en mi catedra. Analia

miércoles, 12 de mayo de 2010

Así estoy yo!



Así estoy yo en cama, con gripe, por eso quería avisarles que esta semana no voy a concurrir al Instituto.
Por favor, avisenle a sus compañeros, sobretodo la gente que cursa en Las Heras.
Si Dios quiere, nos encontramos la semana próxima y en breve recuerdo las actividades para ese día.
Saludos Claudia

domingo, 9 de mayo de 2010

Escuela TIC 2.0 desde Infantil.wmv



Y Aquí les envío un "regalito" más.
La profesora de Lengua y Literatura Analia Rosa, del Instituto, empezó a participar en este espacio con nosotros y me envío este video para compartir con ustedes.
Por otro lado, les informo que el Trabajo Práctico que realizaran conmigo, será un texto argumentativo y al respecto les cuento:
En breve les subo teoría para refrescar la memoria acerca de cómo hacerlo, y además la profesora Analia, creó el siguiente Email para que ustedes puedan hacerle consultas al respecto en caso de necesitarlo.
Obviamente, en comentarios también pueden realizarlos que desde allí tanto ella como yo estamos a la disposición de ustedes, por cualquier duda que se les plantee. AHORA SÓLO LES QUEDA LEER LA TEORÍA!!!
El Email de la profe es profeanaliarosa.44@gmail.com.
Saludos y buena semana!

Jesús Martín Barbero nos habla de los medios!


Aca va lo prometido espero sus comentarios.
Claudia

viernes, 30 de abril de 2010

La cita es el 5 de mayo en la Feria del libro.




El miércoles 5 de mayo a las 17 hrs. en el Stand Nº 817, del pabellon verde de la Feria del libro harán la ponencia del proyecto "Tras las huellas del pasado", alumnos de secundaria de la escuela rural de Lozano, partido de General Las Heras.
El trabajo de investigación comenzó en el 2009 y este año fue seleccionado por la DGCyE, para exponerlo en la Feria.
Enfocamos en el mismo, el análisis del contexto de estos adolescentes, su patrimonio tangible e intangible y sus gusto musicales y objetos de identificación.
En fin, observamos una realidad configurada por la tranquilidad del campo, las vacas, el polo, sus árboles y también, la música del momento que apasiona a gran parte de los adolescente, el regaetton sonando en el celular.
Nos preguntamos si esto no es parte de la globalización...la globalización dónde está?.
Muy interesante el estudio desde la configuración de las nuevas subjetividades.
Si están por la Feria... quedan todos invitados!. De lo contrario en breve compartiremos la experiencia en clase.
Saludos Claudia

domingo, 25 de abril de 2010

Las autobiografías fueron un placer!!!



Felicito a todos los alumnos que compartieron sus historias de vida. Historias hermosas que nos remontaron a otras épocas, a viejas sensaciones y sentimientos de la infancia, y también de la adolescencia.
Muchos de estos relatos tuvieron como protagonistas a los padres, los hijos, tíos y seres queridos; en fin a todos los que formaron y forman parte de nuestras matrices de aprendizaje.
Muy interesante fue ahondar en la relación que tuvieron con los medios masivos y con las nuevas tecnologías.
Ahora les pido un tiempito para la reflexión y las conclusiones, por favor escriban todo lo que surgió, sobre todo analizando desde las variables de edades y de lugares donde han habitado; luego haremos comparación con lo que digan los chicos y/o adolescentes.
Seguramente, nada será más efectivo para trabajar en el aula que saber de dónde venimos y quienes somos para poder acercarnos al otro y "reconocerlo" en su verdadera dimensión.
Poder escuchar al otro y saber con qué contamos nosotros, nos servirá para achicar brechas generacionales y lograr una educación dialógica y de calidad.
¡Felicitaciones! Claudia

miércoles, 21 de abril de 2010

Nuevo aviso: tema fotocopias y Blogs

El texto Nº2 que tienen que ir leyendo, desde anoche está en el ciber frente a la escuela Nº1 (Las Heras). A ellos también les envíe el link para acceder al Blogs, por favor les pido a todos los que puedan ver esta info, que se lo comuniquen a sus compañeros.
La idea es que de a poco todos se vayan acercando a las Nuevas Tecnologías.
Es importante que se puedan ir registrando en el blogs, a medida que pase el tiempo tenemos que ser muchos más que 5 (cinco)!!!.
En cuanto a la gente de Marcos Paz, envíe las copias con una compañera el martes, la dejaba en la libreria de al lado de la escuela.
Saludos Claudia

sábado, 17 de abril de 2010

Paulo Freire en los videos

En nuestra última clase hicimos referencia al pedagógo brasileño Paulo Freire, por eso me pareció interesante buscarle un video donde puedan verlo y escucharlo.
Sólo deben clikear en la flechita esperar un ratito y listo!
Suerte y que lo disfruten!

viernes, 16 de abril de 2010

Texto Nº 2 de María Cristina Mata


Nociones para pensar la comunicación y la cultura masiva

María Cristina Mata

I. Pensar y hacer

Todos nos comunicamos. Comunicarse es una de esas experiencias sustancial y elementalmente humanas que asumimos como parte de nuestra cotidianeidad. Pero co-municarse es también, para muchas personas y en distintos de la actividad social, públi-ca, una tarea, parte de su labor, un desafío. Doble objeto, en suma: algo que nos consti-tuye –y que por tanto sería tan vital como el respirar– pero algo que se nos convierte en trabajo, actividad en la que invertimos esfuerzos, ideas, herramientas y de la que espe-ramos resultados.
Es bastante frecuente que al confrontar definiciones o nociones acerca de lo que representa para algunos sujetos la comunicación como experiencia y como trabajo, en-contremos dicotomías y hasta contradicciones bastante significativas. Comunicarse –en el sentido experiencial– suele ser vincularse, poner en común, compartir, intercambiar. La comunicación –asumida como trabajo específico o relacionado con alguna otra tarea de tipo cultural– suele transformarse en producción de mensajes, manejo de instrumentos o canales, estrategias informativas.
Lo anterior no es casual. No se trata de una suerte de esquizofrenia individual. Vivida como experiencia, la comunicación representa el espacio donde cada quien pone en juego su posibilidad de construirse con otros. Pero transformación en práctica social predominan en ella los rasgos con que histórica y dominantemente fue pensada esa acti-vidad desde que ella, por su creciente naturaleza pública, comenzó a constituir una esfe-ra de preocupación para analistas de diversos orígenes y una esfera de interés para quie-nes invirtieron tiempo y dineros en ella con el objeto de extraer beneficios materiales, ideológicos, políticos. Es decir, desde el momento en que con la aparición y el desarrollo de las tecnologías de naturaleza electrónica la sociedad asumió las modalidades de comunicación masivas.
Desde entonces se buscaron modelos explicativos para comprender y orientar esas prácticas. Pero tales modelos no se detuvieron allí, en el objeto específico para el que fueron pensados sino que lo invadieron todo. Es decir, invadieron nuestro pensar y hacer comunicación: su capacidad modelizante fue tal que adquirieron carácter totaliza-dor.
Lo que brevemente plantearemos a continuación son algunos de esos modelos de comprensión de la comunicación. Más o menos cuestionados y superados algunos, más o menos vigentes otros, todos ellos, operan en la realidad en que actuamos. Reconocerlos –incluso o especialmente en nuestra práctica– es garantía de capacidad reflexiva: la posibilidad de separarnos de la experiencia para iluminarla, comprenderla y poder trans-formarla, si es que de eso se trata.
Existen numerosos textos especializados en los que se abordan estas nociones y se realizan una exposición crítica de ellas. A lo largo de este Módulo haremos referencia a algunos de estos textos. Pero, por su naturaleza didáctica, incluimos como parte de él dos de ellos. Se trata de “Del análisis a la práctica: encrucijada para la comunicación”, de Ana María Nethol y de “Las teorías comunicativas” de Mauro Wolf. Reco-mendamos leerlos inmediatamente después de la lectura de este texto y, posteriormente, realizar las actividades que sugerimos como propuestas de reflexión.

II. El modelo informacional

Demasiado frecuentemente la comunicación es caracterizada –y pensada– como un proceso de transmisión de significados que se realiza desde un emisor a un receptor utilizando algún tipo de canal. En esas caracterizaciones está presente el modelo expli-cativo originado, a partir de las proposiciones formuladas a fines de la década del ’40 en los Estados Unidos por Shannon y Weaver desde la teoría matemática de la información para garantizar, en el campo de la ingeniería de las telecomunicaciones, la mayor velo-cidad en las transmisiones de mensajes sin perder información y disminuyendo posibles distorsiones.
Aquel modelo esquematizaba del siguiente modo los procesos de transmisión de información entre máquinas.


En tales procesos la comunicación (la transmisión) se considera eficaz o exitosa cuando el destinatario recibe exactamente lo que la fuente ha organizado como mensaje a transmitir. Y ello es posible –al eliminarse o controlarse los ruidos– porque la fuente y el destinatario emplean un mismo código, entendido como “sistemas de reglas que atri-buye a determinadas señales un determinado valor” y no un cierto significado. En su interesante y comprensivo texto sobre las teorías comunicativas, Wolf precisa esa dis-tinción: “dicho de otra forma, con un ejemplo extraído de Escarpit (1976) la perspectiva de los teóricos de la información es parecida a la del empleado de correos que debe transmitir un telegrama: respecto al emisor y al destinatario que están interesados en el significado del mensaje que se intercambian, su punto de vista es distinto. El significado de lo que transmite le es indiferente, ya que su papel es el de hacer pagar de forma pro-porcional a la extensión del texto, es decir, a la transmisión de una cantidad de informa-ción”.
Entre ese esquema inicial proveniente de la teoría de la información –que fue rápidamente adoptado por los primeros teóricos norteamericanos de la comunicación de masas– y posteriores e incluso actuales construcciones conceptuales de corte transmisor o informacional existieron, por cierto, reformulaciones y enriquecimientos que no pueden ignorarse.
Así, por ejemplo desde el terreno de la lingüística estructura, Roman Jakobson dio una dimensión comunicativa al modelo matemático al incorporar a el, las nociones de contexto en que se produce la transmisión, al diferenciar las funciones que puede cumplir el lenguaje, etc. Por su parte, los teóricos funcionalistas irían produciendo avances sobre ese modelo al considerar, por ejemplo, el papel que juegan los grupos de pertenencia de los individuos en las operaciones de interpretación de los mensajes y particularmente sobre sus efectos.
Finalmente, los representantes de la teoría crítica introdujeron nociones tales como la de la ideología y manipulación que, al operar como recursos explicativos de los macro procesos de comunicación, permitieron abordar y develar la función social y política de los emisores y productos comunicativos.
Al respecto resulta de gran interés la exposición realizada por Ana María Nethol en el texto citado, acerca de las elaboraciones de Melvin De Fleur, Wilbur Schramm y el propio Jakobson. Leyendo ese texto y las páginas que Wolf dedica a los aportes de ese lingüista a la teoría de la información (ver 1. 9. 1. “El modelo comunicativo de la teoría de la información” de nuestro material de lectura) sería conveniente preguntarse las siguientes preguntas:

• -¿Cuáles son los aspectos informacionales dentro de la propuesta de Roman Ja-kobson?
• -¿Cuáles son los avances o ampliaciones que realiza Jakobson desde el modelo informacional a una perspectiva más comunicativa?
• -¿Cuáles son, de todos modos, las limitaciones de lo que Wolf denomina modelo semiótico-informacional?

Las anteriores son simples referencias para indicar que el original modelo ma-temático-informacional fue convirtiéndose en un modelo comunicativo más complejo, legitimándose así como modelo apto para explicar ya no sólo la transmisión de señales entre máquinas sino los múltiples procesos de intercambio entre seres humanos. Sin embargo, pese a todos los enriquecimientos, pese a todos los nuevos ingredientes psi-cológicos, lingüísticos y sociológicos que se le añadieron, no dejó de constituir una ma-triz cuya lineariedad y carácter instrumental puede cuestionarse desde otras perspectivas de comprensión de los hechos comunicativos.

II. 1. Limitaciones y Consecuencias

Pensemos ahora en las limitaciones que conlleva pensar la comunicación en términos de procesos lineales que comienzan en un emisor que produce y envía un men-saje a través de un determinado canal (no importa que no sea de naturaleza tecnológica) y que terminaron en la figura de un receptor que, al recibir los mensajes, los decodifica e interpreta consecuentemente.
Nadie se atrevería a dudar que una fiesta es un espacio de comunicación donde diversos sujetos entran en relación, se expresan, se manifiestan individualmente y colec-tivamente. Sin embargo, ¿es posible identificar allí emisores y receptores? Nuestra propia experiencia podría decir muchísimos. Pero ¿son todos ellos equiparables a ese “conjunto estructurado de signos de acuerdo a un código determinado” tal como se han definido por mucho tiempo a los mensajes desde ciertas corrientes lingüísticas? El clima creado por la música, el roce de los cuerpos, las luces, los murmullos o gritos, ¿son el contexto –la circunstancia en que se producen los mensajes– o son parte de una manera festiva de comunicarse –de entrar en relación, de identificarse y compartir con otros– es decir, son también lo comunicado?
Podría decirse que el caso de la fiesta es un caso extremo y, en consecuencia, poco válido para basar en él las limitaciones de un cierto modelo explicativo. En reali-dad, no es más extremo que otros modos colectivos masivos de comunicación, cuyo propósito fundamental no es la transmisión de información, aunque de hecho, siempre exista algo a expresar o a manifestar, algo nuevo por decir o algo que quiere decirse nuevamente. Nos referimos a las manifestaciones colectivas de diverso tipo (religiosas, políticas), a las múltiples ceremonias y rituales de los que está hecha nuestra vida en sociedad (desde los actos escolares a las celebraciones institucionales; desde las fiestas patrias a las celebraciones de vida y muerte que marcan nuestra vida cotidiana). De ahí que planteemos una primera reserva frente a ese modelo explicativo ya que quedan fuera de su alcance comprensivo demasiada zonas y actos de comunicación.
Pero sus limitaciones también pueden advertirse cuando se aplica ese modelo o esquema a actos comunicativos que, sin duda, tienen mucho más la forma de un envío de mensajes, o se acomodan mejor a la idea de un proceso de transmisión, como ocurre con los mensajes producidos y difundidos a través de los llamados medios de comuni-cación.
Tomemos el caso de un programa televisivo, en el que fácilmente podemos re-conocer emisores y presumir receptores. El mensaje, ¿es sólo lo articulado y transmitido en función de códigos lingüísticos, visuales y sonoros o también forma parte de él –y parte nada accesoria– el canal como código de comprensión cultural? En otras palabras, ¿se produce y recibe del mismo la misma noticia, la misma propuesta de entretenimiento, a través de la radio, de la televisión o de un periódico? Y el problema no se resuelve teniendo en cuenta la mayor o menor exposición de distintos sujetos a los diferentes medios, o teniendo en cuenta las características ellos asumen en cada sociedad (dimen-siones, propietarios, etc. ) como muchas veces se ha hecho para “completar” lo que falta al esquema analítico que estamos cuestionando, en el cual los canales son meros ins-trumentos. En este caso no son modos o actos comunicativos los que quedan fuera del alcance del modelo informacional, sino que él distorsiona la comprensión de los medios de naturaleza masiva como formas de organización cultural reduciéndolos a una pura dimensión de transportadores de señales.
El modelo informacional, como paradigma de comprensión de los intercambios entre los seres humanos, tiene también consecuencias particularmente significativas.
Ese modelo trasladó a los sujetos emisores y receptores la misma relación de asimetría existente entre las máquinas con respecto a los códigos y, consecuentemente, adoptó la idea de isomorfismo entre ambos términos del proceso. Vale decir, la idea de una homología entre la función emisora y la función receptora: la primera, codificando mensajes, la segunda decodificándola, en virtud de un instrumento dotado de cierta neutralidad y univocidad: el código. De tal manera, lo que se transmite en un acto comunicativo cualquiera es un mensaje respecto del cual –y más allá de las variables psicológicas y sociológicas que caracterizan a los diversos sujetos– es posible precisar un cierto significado cuya correcta comprensión por parte del receptor determina el éxito de la comunicación. En este modelo, serán considerados, como ruido todas las desviaciones en la comprensión del mensaje, es decir, en la atribución del significado correcto por parte del receptor.
De ahí que, aún cuando los mismos teóricos de la mass communication research hayan trasladado a la comunicación humana la idea de retroalimentación presente en el modelo matemático-informacional, y aún cuando hayan avanzado notablemente en la consideración de los factores externos al hecho comunicativo que influyen en la decodi-ficación, la imagen del receptor que se crea desde esta perspectiva es la de un sujeto cuya actividad resulta menguada, ya que es la réplica en el espejo de la figura del emi-sor.
Esa subsidiareidad de la figura del receptor, que sólo parecía modificarse cuando él mismo ocupaba el lugar del emisor en una situación de comunicación de doble vía, llevó a desarrollar una serie de proposiciones que, en buena medida, están en la base de muchos planteos relacionados con la comunicación alternativa o popular y educativa, aún cuando no se reconozca que en ellos persiste el pensar lineal, informacional.
Así, por ejemplo, fue consolidándose la idea según la cual la información se di-ferencia o se distingue de la comunicación en tanto la primera es sólo transmisión unila-teral de mensajes (de un emisor a uno o varios receptores) mientras que la segunda es el intercambio de mensajes. Vale decir, un proceso en el cual distintos sujetos pueden fun-cionar como emisores.
En realidad, si se analizan los textos de diversos autores que explicitan esta dife-renciación puede observarse que, de lo que se trata, es de impugnar la falta de recipro-cidad (el término es usado por Pasquali), existente diversas situaciones comunicativas, pero, especialmente, en el sistema integrado por los medios de naturaleza masiva. Y reciprocidad quiere decir poder emitir en igualdad de condiciones rechazando la subsi-diareidad del rol del receptor, tal como lo precisa Kaplún: “Los hombres y pueblos de hoy se niegan a seguir siendo receptores pasivos y ejecutores de órdenes”.
Creemos que es un imperativo ético y político trabajar para que en nuestras so-ciedades, tanto en los ámbitos públicos como en los privados, los individuos tengamos igualdad de derechos en el terreno de la expresión y la misma oportunidad para tomar decisiones. Pero creemos que ello no debe ni puede impedirnos reconocer que la reci-procidad comunicativa no puede fundarse en una búsqueda de igualitarismo transmisor con el emisor porque, si así fuera, una significativa cantidad de actos a los que los auto-res citados suponemos no identificarían como meros procesos de información (en la terminología de Pasquali) o de comunicación unidireccional (en la de Kaplún), no serían más que eso. Imaginemos el festival de música popular donde los habitantes de una de-terminada zona difunden sus composiciones. Los asistentes, esos otros vecinos que acu-den para escuchar, ¿son o no receptores? Y si lo son, ¿están comunicándose o son simple término de un proceso unilateral de transmisión en tanto a su vez no componen, no cantan y sólo aplauden, atienden entretenidos la música o se retiran aburridos?
Ana María Nethol señala con precisión que:

“siempre se produce, comunicativamente hablando, una situación de intercambio en el sentido de los símbolos empleados por los sujetos que profieren un acto de comunicación. Cuando el sacerdote da un sermón, hay seguramente allí congregados un grupo de feligreses cuya acción comunicativa, es la escucha, posiblemente acompañada de actos no verbales: aquiescencia con miradas, seguimiento de los gestos del locutor, silencios significativos ante algún párrafo que interpreta las escrituras. Podríamos decir que en la multiplicidad de intercambios comunicativos se establecen interacciones que no siempre implican la posibilidad de réplica o respuesta directa. Diríamos que esta posibilidad está ligada a las formas de contrato comunicativo o, dicho con otras palabras, al tipo de relación que se establece entre los interlocutores según su situación social y sus formas de relacionamiento”.

Quisiéramos destacar cómo, para Nethol, la escucha (la recepción) es acción comunicativa. Esta posición no implica desconocer que existen numerosísimas situacio-nes en las cuales el intercambio comunicativo entre diversos actores es desigual en términos de saber y poder. Pero, aun en esos casos, el receptor cumple una actividad que le es propia. De lo que se trata, entonces, es de precisar en qué consiste esa actividad, de qué manera ella se pliega o diferencia de la actividad del emisor y cómo ambos, de ma-nera compleja, producen unos sentidos al comunicarse, vale decir al entrar en relación.
Así, analizando las limitaciones del modelo informacional y las consecuencias que ello tiene para nuestra percepción de la comunicación social, nos hemos deslizado al campo fructífero de otras perspectivas teóricas que analizaremos seguidamente.

III. La comunicación como producción de sentido y hecho cultural

Han sido diversas disciplinas como la semiótica, la teoría literaria y ciertas pers-pectivas sociológicas –como la que representan los cultural studies ingleses– las que permitieron una superación del modelo informacional de la comunicación.
De entre los múltiples aportes realizados por tales disciplinas y enfoques, nos interesa destacar algunos que consideramos particularmente significativos para el tema que nos ocupa.
Un eje sustancial lo constituye, en este sentido, la consideración de las prácticas comunicativas como espacios de interacción entre sujetos en los que se verifican proce-sos de producción de sentido. Los emisores ya no transmiten unos mensajes significados elaborados en virtud de un instrumento neutro –el código– que son recibidos y decodifi-caciones más o menos adecuadamente por los receptores en función de su utilización equivalente del mismo instrumento.
Asumiendo que un discurso es toda configuración témporo-espacial de sentido, una de las proposiciones claves de la teoría del discurso es, sin duda, el carácter no lineal de la circulación del sentido. Dice Eliseo Verón:

“del sentido, materializado en un discurso que circula de un emisor a un re-ceptor, no se puede dar cuenta con un modelo determinista. Esto quiere decir que un discurso, producido por un emisor determinado en una situación determinado, no produce jamás un efecto y sólo uno. Un discurso genera, al ser producido en un contexto social dado, lo que podemos llamar un ‘campo de efectos posibles’. Del análisis de las propiedades de un discurso no podemos nunca deducir cuál es el efecto que será en definitiva actualizado en recepción. Lo que ocurrirá probablemente, es que entre los posibles que forman parte de ese campo, un efecto se producirá en unos receptores y otros efectos en otros. De lo que aquí se trata es de una propiedad fundamental del funcionamiento discursivo, que podemos formular como el principio de la indeterminación relativo del sentido: el sentido no opera según una causalidad lineal”.

Estas consideraciones sobre el producto de la actividad discursiva (comunicativa) tienen a nuestro juicio una extrema importancia por cuanto obligan a reconocer que tanto en la esfera de la emisión como en la de la recepción existe producción de sentido –y no mera transferencia de los primeros a los segundos– aún cuando ella sea desigual, no simétrica. Los emisores, en unas ciertas circunstancias, despliegan un conjunto de competencias que les permiten investir, dotar de sentido a ciertas materias significantes. Los receptores, a su turno, atribuirán un sentido a lo recibido y esa atribución, asentán-dose necesariamente en los posibles sentidos delineados en un discurso dado, se realiza también en virtud de unas determinadas condiciones de recepción, de unas ciertas com-petencias comunicativas que poseen esos sujetos. Ser receptor, en consecuencia, no es ser pasivo recipiente o mecánico decodificador. Es un ser actor sin cuya actividad el sentido quedaría en suspenso.
Lo anterior, sin embargo, obliga a formular algunas consideraciones para salir al paso de una suerte de euforia tranquilizante, que ha pretendido asirse de ciertas nociones de la teoría del discurso y de las teorías la recepción para inocentar el poder. Nos refe-rimos a aquellas posturas que, al reivindicar la actividad de los receptores, la confunden con una total libertad resignificadora, negando a los discursos su capacidad de configu-ración de un determinado campo de efectos o sentidos posibles.
Si pensamos en las prácticas discursivas de naturaleza masiva, sean las de carác-ter informativo, los discursos políticos, el discurso educativo –para nombrar sólo algunos tipos fácilmente reconocibles– las asimetrías de naturaleza comunicativa resultan flagrantes. Pensemos tan sólo en el poder de determinación de lo dicho que poseen los emisores; pensemos en su capacidad para establecer y modificar las reglas del juego –las reglas del discurso–; pensemos hasta qué punto toda una historia de comunicación masiva, política y educativa ha ido modelando de cierta manera a los receptores de esos discursos al punto que ellos mismos forman parte de las condiciones de recepción de todo nuevo discurso del tipo. En consecuencia, comunicativamente hablando, la activi-dad productiva del receptor no es sinónimo de libertad. Y es bueno recalcarlo.
Pero, desde otro lado, también es conveniente realizar ciertas precisiones a fin de no postular –como a veces se hace desde las más simplistas teorías de la manipulación– la total libertad de los emisores.
Los emisores entablan unas relaciones, producen unos mensajes para los que buscan aceptación, adhesión, consumo. Ello les obliga a ejercer verdaderas estrategias de anticipación. Es decir, los constriñe a organizar los intercambios de mensajes no sólo a partir de sus intenciones, deseos y saberes, sino tomando en consideración las condiciones de recepción de su discurso: la situación y la competencia de los receptores.
De ahí que podamos recuperar para la comunicación las ideas de contrato y ne-gociación donde ambas partes –emisores y receptores– son activos, permaneciendo dife-renciados en sus roles y su capacidad de operar. Y de ahí que reconociendo el indiscuti-ble poder del emisor –aunque más no sea como aquél que tiene la iniciativa parta el in-tercambio– debamos advertir en su discurso la presencia activa de los receptores porque ellos están presentes como término de su producción, como el otro que habla en lo que yo digo.
Al respecto resultan de particular interés los planteos realizados por Ana María Nethol acerca de las asimetrías comunicativas y el control social y los comentarios que sobre la cuestión de la asimetría formula Mauro Wolf al relevar los postulados de la semiótica textual en los materiales de lectura propuestos.
Después de analizar ambos textos consideramos todo un desafío asumir la tarea que la propia Nethol propone: reflexionar e interpretar el siguiente párrafo:

“Las capacidades humanas y con ello las perspectivas de establecer modos de interacción simbólica que redunden en provecho de los hombres para los hombres, ceden paso, cada vez más ostensiblemente a la fuerza de sistemas instrumentales legitimados por la racionalidad. Estos sistemas deterioran las interactuaciones simbólicas y las capacidades reflexivas y prácticas de los sujetos”.

Otro aporte que consideramos de sustancial importancia es el realizado por la semiótica textual en torno a la naturaleza de lo comunicado.
Según sus perspectivas de análisis, hablar de un mensaje producido y recibido en base a determinados códigos resulta una simplificación terminológica. ¿Por qué? Porque se postula que lo que se recibe no son mensajes particulares, reconocibles en sí mismos, sino conjuntos textuales. Es decir, el resultado de prácticas que remiten no sólo a un código –lingüístico, sonoro, visual– en virtud del cual los signos se articulan con un cierto significado, sino fundamentalmente a otras prácticas y sus respectivos productos: a modos de decir –géneros, estilos, etc.– a medios para hacerlo –diversidad de canales empleados– e, incluso, a tipos de circunstancias en que ciertos discursos se producen, a la índole de sus productores, etc.
La perspectiva que acabamos de anunciar resulta clave para la comprensión de la comunicación como hecho y matriz cultural. Y si bien la importancia de este hecho se revela más notoriamente en lo que concierne a la comunicación masiva no resulta in-transcendente para pensar globalmente la comunicación toda vez que lo masivo es hoy, en nuestras sociedades, el modo predominante del funcionamiento cultural.
Esta perspectiva permite indagar y percibir, por ejemplo, las articulaciones que se producen entre los diverso productos o mensajes que circulan en una sociedad y en un momento dado; permite plantearse cuestiones tales como la modelación histórica de los gustos y las opiniones; permite indagar el sistema de relevo con que operan diversas instancias de producción de mensajes y la manera en que ellas constituyen la trama dis-cursiva –la trama de sentidos– de la sociedad.
Pero además, esa perspectiva resulta particularmente enriquecedora si lo que estamos tratando de comprender son las características que asumen los llamados proce-sos de comunicación popular o la propia comunicación educativa y si deseamos operar en esos terrenos.
Asumir que en el campo de la comunicación nadie recibe mensajes aislados sino conjuntos textuales porque cada mensaje particular remite a otros y se encadena con ellos en un continuum simbólico, cultural, implica aceptar que los mensajes de carácter alternativo o educativo que las organizaciones populares o educativas y promocionales producen, serán recibidos de la misma manera, es decir, insertos en ese conjunto cuya lógica global ha sido y está siendo diseñada desde otro lugar, el del poder.
Ese tipo de constataciones podría llevar –y de hecho existen hoy posturas resig-nadas o pragmáticas que así lo hacen– a plantear la imposibilidad de modificar una ma-triz y un sistema cultural dado. Podría llevar a afirmar que el único camino para la ex-presión pública popular es el que viene marcado desde la industria cultural masiva, que tan exitosamente funciona.
Nuevamente desde la teoría del discurso nos ayuda a realizar algunas precisiones desde una dimensión comunicativa. En uno de sus trabajos Marc Angenot señala que el discurso social es:

“todo lo que se dice, todo lo que se escribe en un estado de sociedad dado (todo lo que se imprime, todo lo que se habla hoy en los medios electrónicos). Todo lo que se narra y argumenta... O más bien, las reglas discursivas y tópicas que organizan todo eso, sin que jamás se las enuncie. El conjunto –no necesariamente sistémico ni funcional– de lo decible, de los discursos instituidos y de los temas provistos de aceptabilidad y capacidad de diseminación en un momento histórico de una sociedad dada”.

El conjunto de lo decible –que obviamente incluye lo no dicho– como podemos denominar al discurso social, es evidentemente un conjunto arituclado a partir de dispo-siciones que revelan un orden establecido. Dentro del mismo las posibilidades de varia-ción son tan amplias o estrechas según sean las condiciones que regulan su producción. Porque lo decible no se restringe a unos ciertos temas y modos expresivos, sino que incluye además un conjunto de disposiciones explícitas o implícitas ¬¬–pero siempre legi-timadas socialmente– acerca de los sujetos habilitados para proferir determinados dis-cursos sociales, acerca de los lugares desde los que ellos pueden ser enunciados, acerca de los modos en que ellos pueden y deben circular y ser recibidos.
Por ello, y como bien indica Angenot:

“El discurso social asegura la constitución de una hegemonía pansocial (y su evolución adaptativa) surgida indudablemente y de algún modo de los habitus del grupo dominante, pero que se impone como aceptabilidad instituida, colocando en un silencio incómodo a aquellos a quienes sus ‘gustos’ e ‘intereses’ no confieren el estatus de interlocutores válidos. De tal modo, a nivel de la cultura, de la circulación de símbolos, se constituye la idea de sociedad como cohesión orgánica, sin desintegrar no homogeinizar, sin embargo, la red extremadamente sutil que distingue los habitus de los diferen-tes sexos, las diferentes clases, los diversos roles sociales que funcionan bajo las hegemonías discursivas”.

El terreno del discurso social, el terreno de la cultura y la comunicación es, con-secuentemente, terreno de modelación social y, por ende, terreno de disputas y negocia-ciones, conflictos y acuerdos del orden del sentido. Reconocer lo que hegemoniza ese campo no impide proponer alternativas, emprender el camino del cuestionamiento.
De todos modos, y para regresar al terreno de la comunicación como hecho cul-tural quisiéramos contribuir a las proposiciones formuladas por Ana María Nethol en punto 6. 2. de nuestro material de lectura “De las culturas”, planteando algunas pistas de reflexión sobre el sentido de la comunicación y la cultura masiva.

IV. Lo masivo: ámbito cultural de la comunicación

El titulo elegido es ya una proposición: no importa de qué dimensión de la co-municación hablemos. Lo masivo, todo un modo de comunicarse que es un modo de producción de la cultura, está presente aún en nuestros más íntimos diálogos. A veces también hablamos de lo mediático y si son equivalentes no es, como veremos enseguida, porque sólo pensemos en los medios masivos, sino porque con ambas denominaciones se está nombrando una lógica cultural y comunicativa que todo lo impregna.
El tema es vasto y complejo y no podríamos agotarlo. Sólo aportaremos, como dijimos antes, algunas pistas de reflexión. Por ello, comenzaremos desarrollando dos ideas básicas a partir de las cuales precisaremos algunos de los rasgos culturales y co-municativos de nuestro tiempo.

IV. 1: La cultura masiva es algo más que un conjunto de productos

Durante mucho tiempo, hablar de la cultura masiva fue hablar de medios de co-municación de masas, y especialmente, de los productos elaborados y difundidos por ellos. Tanto la sociología norteamericana como la llamada teoría crítica de la escuela de Frankfurt produjeron notables aportes sobre las implicancias que tenían, en el terreno de cultural, las condiciones de vida derivadas de la existencia de una sociedad de masas. Sin embargo, la fuerza que desde la década del 40 adquirieron los medios masivos –inicialmente la radio– y una simplificación de su análisis, fue llevando a considerarlos como instrumentos autónomos, con una enorme capacidad para regular los comporta-mientos sociales a través de sus mensajes.
Esa simplificación se tradujo en totalizaciones desmedidas. Así, por ejemplo:

• Comenzó a hablarse de los medios como si todos ellos fueran lo mismo. Es decir, como si tanto sus tecnologías como el momento de aparición en una sociedad determinada y sus formas de operación, no implicaran diferentes modos de ser percibidos por los receptores y diferentes maneras de participar en el diseño de los rasgos culturales de una época dada.
• Comenzó a hablarse de los medios de comunicación como si ellos fuesen causa suficiente y única para producir determinados efectos, también generalizados. Todos los medios y en todos los lugares y circunstancias, desinformaban, des-personalizaban, alienaban –para sus críticos o detractores– o, por el contrario, todos ellos elevaban el nivel de conocimiento de las masas, contribuían a su mo-dernización, a su integración social.

Tanto se extendieron esas ideas totalizadoras que llevaron a concentrar la mirada en los medios, dejando de percibir la complejidad de los hechos culturales y la comple-jidad de la propia comunicación.
No se consideraba, por ejemplo, que la transformación de las relaciones interper-sonales está relacionada estrechamente con un nuevo ordenamiento de la vida cotidiana en el cual los medios de comunicación juegan un papel importante, pero que está deci-sivamente marcado por las transformaciones económicas y sociales experimentadas en nuestros países a partir de los procesos de industrialización y urbanización. La concen-tración de oblación en las grandes ciudades, las modificaciones de la vida familiar a causa del trabajo asalariado fuera del hogar, las rutinas impuestas por el ritmo de las fábricas –para dar sólo algunos datos– son elementos tan significativos como los propios medios para comprender las nuevas modalidades que asume la socialización de los individuos en una sociedad.
Pero esos elementos constitutivos de la cultura de masas no operan tampoco con un sentido universal. Las diferencias existen, y aun en idénticos contextos nacionales y epocales, es necesario reconocer que los procesos de socialización y las relaciones in-terpersonales son sensiblemente distintas a nivel urbano y rural o entre generaciones y sexos diferentes. Así, por ejemplo, hemos detectado en algunas investigaciones que rea-lizamos en contextos urbanos, que para las mujeres amas de casa –esposas confinadas, confinadas a las rutinas hogareñas– la radio tuvo en sus orígenes –pero también poste-riormente en lo que concierne a los sectores populares– una significación muy diferente a la que tuvo para los hombres. Para ellas el medio representó, entre otras cosas, la po-sibilidad de conocer los asuntos públicos que eran patrimonio masculino (asuntos de-portivos, políticos, etc.) y a partir de ese aunque fuera mínimo nivel de información, la posibilidad de dialogar con esposos e hijos que usualmente accedían a múltiples espacios de interacción social tales como la fábrica, el bar, el club y hasta el transporte público.
Considerar que la cultura masiva equivale o se corresponde estrictamente con los medios masivos, implica empobrecer la comprensión global de la realidad. Nos impide pensar las relaciones íntimas que existen entre el ordenamiento social, las formas de comunicación, las modalidades que asumen en una sociedad de masas todos los inter-cambios que se producen, sean de naturaleza interpersonal o colectivos, de índole políti-ca o económica.
Los medios y sus productos –los mensajes– son parte de la cultura masiva. Pero ella es mucho más que una suma de toda la producción industrial de bienes culturales que, incluso, excede en mucho a los medios masivos. Ella puede definirse como un conjunto de comportamientos operantes. Es decir, como una verdadera matriz que, siendo resultado de una lógica económica y social global es, a su vez, modeladora de la acción cultural.
Un ejemplo puede servir para clarificar esta concepción que consideramos clave en la comprensión de la comunicación y la cultura masiva. Detengámonos un momento a pensar en la noción de información que atraviesa nuestra cultura. Es sabido que la multiplicación fuentes y canales informativos estuvo estrechamente relacionada con la expansión del capital y las crecientes interacciones económicas. Existen historias de la prensa, a nivel mundial, que estudian ese proceso desde sus orígenes. También puede vincularse la multiplicación de fuentes y canales –como se lo hace en otros estudios– a procesos de naturaleza político-social tales como la constitución de los Estados Nacio-nales y la necesidad de integrar a los ciudadanos dispersos, con débil sentido de perte-nencia a una unidad territorial y cultural.
Sin ignorar o minimizar las articulaciones entre el desarrollo informativo y un determinado funcionamiento del orden social, es preciso reconocer que la producción masiva de información utilizando ciertas tecnologías fue creando, por sí misma, unas necesidades particulares y una nueva racionalidad cultural central. Hoy puede decirse que, aquello respecto de lo no se informa, prácticamente no existe y ello tiene una in-fluencia decisiva sobre los comportamientos sociales. Así, por ejemplo, una acción polí-tica o económica se diseña y se realiza como tal pero, al mismo tiempo, se diseña en términos de difusión, en términos de acción que debe darse a conocer, ya que no sólo será vivida y considerada como hecho político o económico, sino también como noticia.
Podríamos multiplicar los casos y ejemplos. En ellos encontraríamos siempre este doble movimiento entre una lógica global, un modelo de organización cultural y unas específicas –entre los cuales los medios masivos ocupan un lugar sin dudas relevantes– que se derivan de ese modelo pero que, a su vez, van constituyéndolo. Lo cual, como bien ha señalado Jesús Martín Barbero,

“implica que lo que pasa en los medios no puede ser comprendido por fuera de su relación con las mediaciones sociales.. y con los diferentes contextos culturales –religiosos, escolar, familiar, etc.– desde los que, o en contraste con los cuales viven los grupos y los individuos esa cultura”.

IV. 2: La cultura masiva no es sólo una cultura impuesta

En realidad, lo masivo ha sido durante mucho tiempo, para la mayoría de comu-nicadores y educadores ubicados en lo que podría llamarse una perspectiva crítica o transformadora, sinónimo de maleficio. Las masas, si no iban acompañadas del califica-tivo populares aludían casi invariablemente a grandes muchedumbres indiferenciadas, sin rumbo, sólo cohesionadas por sentimientos fuertes, guiadas por pulsiones, posibles presas de la demagogia y el engaño.
La cultura masiva era la cultura de la manipulación. Una cultura producida por grupos poderosos capaz de seducir entre sus redes a las incautas masas, a los pasivos receptores, cuyas cabezas fueron –muchísimas veces– representadas gráficamente con la forma de embudos dentro de los cuales se vertían los productos adormecedores de con-ciencias. Los medios de comunicación masivos, ejes vertebrales de esa cultura, eran instrumentos de desinformación e incomunicación debido a su verticalidad, su unidirec-cionalidad, su deliberado diseño para mantener el status quo.
Mucho ha sido lo que se avanzó en el campo de las ciencias sociales en general y en el de los estudios de comunicación en particular en orden a cuestionar esas ideas durante los últimos años. En general, ese avance fue producto de un cuestionamiento más global a un tipo de pensamiento que se caracterizó por simplificar los problemas, reduciéndolos a oposiciones frontales, muchas veces maniqueas, y privilegiando la de-nuncia por sobre la comprensión.
Esa revisión no significó pasar de una visión apocalíptica y condenatoria respecto de la cultura y los medios de masas a otra visión integrada y complaciente. Es decir, no significó que allí donde antes se denunciaba la manipulación, la desinformación, la imposición de ideas destinadas a favorecer la reproducción de un orden social, empeza-ran a encontrarse virtudes, enormes posibilidades de uso alternativo, aspectos positivos. Por el contrario, significó un esfuerzo teórico que, asumiendo la cultura y la comunica-ción masiva como los modos característicos de la producción simbólica de nuestra época, trató de comprender su lógica, su sentido.
Uno de los aportes sustanciales, en ese sentido, lo constituyó el hecho de comen-zar a pensar la cultura masiva en términos de construcción de la hegemonía más que en términos de dominación. Ciertamente, en nuestras realidades existen sectores propieta-rios de los medios de producción y circulación de bienes culturales que, en estrecha interacción con los sectores predominantes a nivel económico, tienen en sus manos el poder de diseñar sus estrategias para el conjunto de la sociedad. Pero para lograr esos fines no pueden proceder de su total arbitrio o libremente, sino que requieren hacer apa-recer esas estrategias –sus productos o los valores que ellos encarnan– como deseable, necesarios y valiosos para la mayoría.
Al respecto señala Néstor García Canclini:

“Para entender la eficacia persuasiva de las acciones hegemónicas, hay que reconocer, según la expresión de Godelier, lo que en ellas existe de servicio hacia las clases populares”.

Si no pensamos al pueblo como una masa sumisa que se deja ilusionar siempre sobre lo que quiere, admitiremos que se dependencia deriva, en parte, de que encuentra en la acción hegemónica una cierta utilidad para sus necesidades. Debido a que este servicio no meramente ilusorio, las clases populares prestan su consenso, conceden a la hegemonía una cierta legitimidad. Al tratarse de hegemonía y no de dominación, el vínculo entre ambas se apoyan menos en la violencia que en el contrato: una alianza en la que los hegemónicos y subalternos pactan prestaciones recíprocas. La importancia obje-tiva y subjetiva de este intercambio explica por qué la explotación no aparece todo el tiempo como el aspecto central de sus relaciones. Explica también el éxito del populismo –político y comunicacional– no por ser una operación manipuladora, sin por su ca-pacidad de comprender este enlace, esta necesidad recíproca, entre clases opuestas.
Esa perspectiva nos pone en camino pensar la cultura y la comunicación masivas como espacios claves para la producción de los sentidos predominantes del orden social en tanto emisores y receptores, productores y consumidores negociarán allí esos sentido, aunque la negociación se realice en términos desiguales ya que, mientras unos actúan desde situaciones de poder, otros lo hacen desde posiciones subalternas.
En una óptica convergente y que contribuye a reforzar las nociones que estamos manejando, el ya citado Rositi insiste en que las sociedades capitalistas contemporáneas tienen que atender un problema funcional; ellas necesitan constituir una cultura colectiva bastante sólida como impedir la disgregación y salvaguardar su orden; pero al mismo tiempo necesitan “constituirla sin embargo con una radical ambigüedad, es decir, de forma que se adapte a niveles de oportunidad (riqueza, prestigio, poder, etc.) que son desiguales.
Este reconocimiento de la ambigüedad de la cultura y la comunicación masivas y de la lógica de construcción de la hegemonía con que operan no significa inocentarlas, negarles poder. Pero en tanto ese poder se basa menos en la imposición que en el con-vencimiento, la seducción o la utilidad, corresponde realizar otra lectura de lo que esa cultura ofrece, de los niveles de adhesión o rechazo que suscitan sus propuestas en dife-rentes sectores sociales y de las razones que existen para ello. Una lectura que antes vio sólo imposición permita ver ahora por qué algo se impone. Es decir, una lectura que detrás de las intenciones hegemónicas nos permita ver la contracara: las necesidades, expectativas, fantasías, deseos de los sectores subalternos.
En ese sentido el estudio de los cultural studies ingleses ha sido relevante. Según esta corriente:

“deben estudiarse las estructuras y los procesos a través de los cuales las instituciones de las comunicaciones de masas sostienen y reproducen la estabilidad social y cultural: ello no se produce de forma estática sino adaptándose continuamente a las presiones, a las contradicciones que emergen de la sociedad, englobándolas e integrándolas en el propio sistema cultural (...) Los cultural studies tienden a especializarse en dos aplicaciones distintas: por un lado los trabajos sobre la producción de los media en cuanto sistema complejo de prácticas determinantes para la elaboración de la cultura y de la imagen de la realidad social; por otro lado los estudios sobre el consumo de la comunicación de masas en cuanto lugar de negociación entre prácticas comunicativas extremadamente diferenciadas”.

A manera de ejercicio de reflexión sería oportuno pensar en la conclusión que de diversos modos hemos ido delineando: la cultura y la comunicación masiva se constru-yen con la cooperación de los sujetos receptores, con sus adhesiones y rechazos. Unos y otros hablan de las estrategias del poder pero al mismo tiempo de las realidades vividas por los diferentes sujetos.

• ¿Hasta qué punto leemos de ese modo las prácticas culturales masivas que pro-tagonizamos o protagonizan los sujetos con quienes desarrollamos tareas educa-tivas, promocionales, etc.?
• ¿Por qué se consumen telenovelas, programas de entretenimiento, programas in-formativos? ¿Qué encuentran los receptores de los medios masivos –los sujetos con quienes trabajamos– en lo que consumen?
• ¿Qué nos dice ese consumo acerca de ellos mismos como individuos y como su-jetos modelados por la cultura masiva?

IV. 3: El nuevo rostro de la cultura masiva

Hablar de un nuevo rostro de la cultura masiva hoy, en América Latina, es asumir que esa cultura predominante, pero ambigua, presenta unos rasgos o mejor dicho, unas maneras de constituirse y constituir la realidad que la diferencian sensiblemente de la existente una o dos décadas atrás.
Señalaremos, a continuación, los que entendemos son sus rasgos más significati-vos:

• El primero de ellos tiene que ver con lo que podríamos denominar la cen-tralidad de los medios masivos.

Este rasgo podría parecer contradictorio con respecto a las nociones desarrolladas en el punto IV. 1. Sin embargo no es así. Al referirnos a la centralidad de los medios en la actual cultura de masas estamos planteando que hoy, como nunca, ellos son los principales organizadores del campo cultural en su conjunto.
Una formidable multiplicación de canales emisores debida a innovaciones tec-nológicas sin precedentes, se ve reforzada con el abaratamiento progresivo de equipos y, en consecuencia, con una ampliación de los potenciales consumidores. La expansión de la televisión en zonas rurales del continente, la vulgarización de las grabadoras y repro-ductoras de cassettes de audio, son algunas de las muestras más visibles del fenómeno para el caso de los sectores populares. En otros segmentos sociales, el uso de la video-cassettera hogareña y la multiplicación de aparatos de radio y TV son notables.
Pero la centralidad de los medios –que no podría darse sin esa realidad teconoló-gica– implica algo más que la multiplicación del consumo. Significa que ellos han ido ocupando nuevos lugares en la escena social y cumpliendo papeles antes reservados a otros actores.
Ya nos referimos al papel que cumplen como constructores de la realidad, en tanto lo que no pasa por ellos parece no existir. En ese sentido, los medios se han con-vertido en los legitimadores básicos de hechos e ideas: ellos imponen agendas, prefigu-ran temas que deben y pueden ser debatidos, sancionan como relevantes e insignifican-tes las acciones sociales. Son más que nunca árbitros de la nueva escena pública y, como si ella fuese un campo deportivo fijan las reglas que deben cumplirse y controlan a quienes participan no necesariamente en términos ideológicos y políticos a la antigua usanza (es decir mediante censuras) sino en tanto obligan a determinados comporta-mientos fundados en la lógica del medio.
Además de este efecto de legitimación que ejercen sobre lo que difunden, impor-ta destacar su conversión en espacios de representación de interacción social.
En este sentido suele hablarse de nuevo papel cumplido por los medios masivos en estrecha relación con la política. Desde sus mismo orígenes ellos tuvieron estrecha vinculación con la difusión de ideas e, incluso, con la propagandización de propuestas partidarias. De alguna manera el espacio de la comunicación masiva y el de la política interactuaban prestándose mutuos servicios y apoyos. Hoy, lo que ha comenzado a transformarse es, justamente, esa interacción. Los medios despliegan hoy su propia estrategia de construcción de la escena política: pensemos, por ejemplo, en el diseño publicitario de las imágenes de los candidatos; pensemos en la organización de actos para ser televisados.
Pero mal haríamos en atribuir esa transformación a una especie “artera maniobra de los medios masivos” como seguramente hubiéramos pensado décadas atrás. Ella es un aspecto más de la modificación de la cultura política actual: de la pérdida de capacidad de interpelación de la clase política, de un quiebre de identidades colectivas preexis-tentes, del predominio de una racionalidad pragmática e instrumental que invade todos los campos de la existencia, en medio de la cual los medios aparecen como lugares pri-vilegiados para el contacto y la construcción de adhesiones, suplantando las plazas públicas y los más pequeños pero propios espacios de debate y acción conjunta.
También habla del nuevo papel de los medios su progresiva conversión en in-termediarios entre los ciudadanos y el poder, hecho que también se produce en ese cru-cial proceso de redefinición del Estado y su rol que se verifica en nuestros países. Los medios son hoy un foro para la formulación de las demandas de los diferentes sectores sociales ante las autoridades y para la resolución de carencias grupales e individuales, estableciendo cambios significativos en el anterior sistema de representación sectorial.

• En relación con lo anterior, podríamos afirmar que la cultura masiva es una cultura espectacular, es decir, una cultura de la puesta en escena.

El auge de la civilización de la imagen es un hecho globalmente reconocido. Lo que interesa destacar es que no sólo tiene que ver con el desarrollo tecnológico sino con condiciones socio económicas que, a la par de aumentar las tasas de alfabetismo real y funcional en muchos países del continente, alejan a las grandes mayorías de las posibi-lidades de consumir medios impresos –diarios, revistas, libros– en función de sus altos costos relativos en comparación con otros medios visuales de entretenimiento e infor-mación.
Pero lo que denominamos espectacularización de la realidad no aluda sólo a una preeminencia de los medios audiovisuales –la televisión en particular– sino a una moda-lidad de construcción de los relatos televisivos que impregna toda la cultura: la dramati-zación de los hechos sociales (en el sentido de la construcción teatral) que lleva a aco-modar esos hechos a partir de rasgos propios de la dramaturgia como pueden serlo el suspenso, la sorpresa, la preparación de los desenlaces, etc.
Esta modalidad comunicacional se expande a otros medios –el caso de la prensa lo revela con toda claridad– y a otros medios de transmisión del saber como pueden serlo los espacios educativos. Basta con revisar algunos manuales escolares –los textos de historia y biología son particularmente llamativos en ese sentido– para advertir de qué manera la simultaneidad de estímulos, la fragmentariedad de visiones –típicas, se dice, de los videoclips– van suplantando formas de ordenamiento gradual y lógico de los conocimientos, estrategias de argumentación, lo que lleva a modificar las condiciones y hábitos perceptivos de los educandos.

• El tercer rasgo a destacar es lo que podíamos llamar la univocidad de los discursos.

La transnacionalización de la cultura, aspecto que asumen las relaciones y prácticas simbólicas en el marco de la transnacionalización del capital y la interdepen-dencia tecnológica y financiera, se caracteriza entre otras cosas por una formidable con-centración de aparatos de producción y difusión de bienes culturales. La constitución de redes informativas de carácter global, la diseminación mundial de productos destinados al entretenimiento, la implantación simultánea de modas de diverso tipo superan, en cantidad y calidad, los conocidos y anteriores fenómenos de distribución enlatados des-de los países centrales o la cobertura informativa por parte de agencias periodísticas.
Estos procesos de concentración tienen consecuencias singulares en lo que con-cierne al rediseño de identidades colectivas, en tanto van permitiendo borrar fronteras entre lo propio y lo ajeno, lo tradicional y lo moderno, lo culto y lo popular. Porque la concentración que va de la mano de la simultaneidad del consumo, acerca del mundo, aproxima experiencias culturales y pone, en un escenario común y conocido –el de la vida cotidiana–, realidades antes insospechadas.
Paradójicamente, y como contrapartida de esos procesos de concentración, el desarrollo tecnológico permite la proliferación de medios emisores y, consecuentemente, un consumo diferenciado. Sin llegar todavía a los consumos personalizados que el avance técnico ya posibilita en países altamente desarrollados (pensemos por ejemplo en el video-texto o en los periódicos confeccionados según los requerimientos de usuarios particulares) nuestros países viven ya esa realidad, que se expresa en la proliferación de emisoras en FM, en la facilidad de operar equipos de video, en los periódicos especializados a segmentos de alta capacidad económica.
Sin embargo, si aludíamos a la univocidad de los discursos como rasgo que hoy marca la cultura, es porque la proliferación de medios emisores es una proliferación de lo mismo; así, lo que efectivamente se produce es una ilusoria apariencia de pluralidad y diferencia. Nuestras realidades latinoamericanas, modeladas hoy según la lógica del liberalismo político y económico, son nombradas desde diversos lugares –los medios de comunicación masivos, el Estado, las corporaciones empresariales, los sectores profe-sionales de punta, etc.–en términos de eficacia, instrumentalidad, autonomía individual, competencia. No importa si se habla de planes económicos o del modo de encarar los problemas educativos o de la manera en que un individuo puede realizarse personal y socialmente: el mercado es en todos los casos el gran regulador, el dispositivo con capa-cidad de ordenar la vida social de unos sujetos que van cediendo su condición de ciuda-danos ante un nuevo papel de usuarios y consumidores.

• Un cuarto rasgo, relacionado contradictoriamente con el anterior, nos lle-va a caracterizar la cultura masiva actual como un campo de diferencia-ción social, en un doble sentido.

La proliferación de medios emisores en los que se construye sin dudas un discur-so cada vez más unívoco aunque ilusoriamente particularizado implica, de todos modos, una alta segmentación de los públicos y los consumos culturales.
La apropiación desigual de los bienes culturales no es, en nuestras realidades, un dato nuevo. Desde las posibilidades de acceso a la educación y al disfrute de ciertos productos artísticos, a las posibilidades de vivir en condiciones habitacionales dignas y a poder disponer de tiempo libre –para mencionar algunos aspectos– el terreno del con-sumo ha sido, tanto como el de la producción, terreno de distinción y exclusión social. Lo que ocurre es que hoy esa distinción y exclusión se refuerza notablemente. Tal como señala Martín Barbero, las diversas formas de fragmentación de públicos y consumos conducen a una:

“separación cada día más tajante entre una oferta cultural de información para la toma de decisiones, reservada a una minoría , y a una oferta cultural hecha de espectáculos, o de informaciones construidas espectacularmente, destinada a las mayorías”.

con lo cual las diferencias sociales se legitiman culturalmente tras las imágenes de un creciente acceso de las mayorías a la información global.
Pero la constitución de la cultura masiva como espacio de diferenciación social presenta otro costado. Se trata de la aparición de sub-culturas generacionales, étnicas o regionales, que permiten la expresión de nuevos conflictos e identidades sociales. El caso de los jóvenes y sus procesos de identificación a partir de los productos y consumos musicales, es un hecho bien conocido. Pero igualmente interesa recuperar la existencia de esas suertes de islotes que, en el marco de la lógica cultural global, representan, por ejemplo, articulaciones que en las grandes ciudades se producen entre los individuos provenientes de zonas rurales o poblaciones menores.
En ese sentido, y recuperando la noción de ambigüedad de la cultura masiva con que casi iniciamos este texto, podemos plantear que la diferenciación que refuerza las exclusiones sociales también permite la manifestación de nuevos agrupamientos.

Hasta aquí los que consideramos rasgos más significativos de la actual cultura masiva. La tarea, si asumimos nuestra pertenencia a ese campo cultural, si no nos colo-camos fuera de él en posiciones elitistas, vanguardistas o maniqueas debe ser, antes que nada, una tarea de comprensión. Una mirada desprejuiciada y crítica –en el sentido de análisis e interrogación permanente– que nos ponga en el camino de percibir de qué manera ella se transforma y transforma la vida de los sujetos y de los pueblos; de qué manera cada quien colectiva y grupalmente hace suya o modifica esa cultura; de qué modo ella no es sólo la señal de hegemonía consolidada sino también, de conflictos y contradicciones que nos señalan vías para acciones trasformadoras.
En ese sentido, y a manera de reflexión, sería conveniente preguntarse de qué manera esa cultura –los rasgos que hemos señalado– se manifiestan o no en la cultura de los grupos con quienes trabajamos:

• en sus hábitos culturales;
• en sus modalidades comunicativas;
• en sus modos de relacionarse con otros.

Preguntarnos al mismo tiempo, de qué modo al trabajar con esos individuos o grupos reconocemos que son sujetos de la cultura masiva:

• de qué manera nuestra práctica tiene en cuenta algunos de los rasgos centrales de esa cultura.



Mata, María Cristina, Nociones para pensar la comunicación y la cultura masivas, Se-gundo curso de especialización con modalidad presencial a distancia, Centro de Comu-nicación Educativo La Crujía, Buenos Aires,1996.